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La generación de Miguel Ángel Blanco

La generación de Miguel Ángel Blanco

Permalink 20.06.06 @ 13:38:18. Archivado en Onda Cero

 

http://blogs.periodistadigital.com/microfono.php/2006/06/20/la_generacion_de_miguel_angel_blanco

Con su permiso. Fue el 12 de julio. Éramos una cuadrilla de veinteañeros a punto de coger el tren para ir a perder la noche a los sanfermines. Pañuelo rojo al cuello, frente a la televisión, cayó la noticia como un mazazo. Desde el plató tenían que cortar la conexión en directo con Ermua porque la periodista se derrumbaba frente a las cámaras; no conseguía anudar dos palabras. Todo era demasiado. Otra vez, pero ésta peor. ETA había cumplido su palabra. ETA es una banda terrorista de palabra. El tren de Buñuel a Pamplona iba lleno de irritación y furia. Los sanfermines se habían convertido en una olla express sin una gota de agua después de 48 horas al fuego. Y explotó.

Carlos Herrera ha relatado así lo sucedido el día anterior en la Audiencia Nacional:

Los asesinos de Miguel Ángel Blanco estaban ayer enseñoreándose, pavoneándose de haber realizado lo que realizaron ante el dolor de la familia. La realidad del juicio no necesita muchos más comentarios. Simplemente con esa cara, la cara de un asesino al que esperemos la justicia les ponga el castigo de los 40, de los 50 o todos los años de su vida, ojalá, metidos en un negro agujero en el que no vean jamás la luz. Desgraciadamente eso no lo contempla nuestra legislación. Y algún día saldrán a la calle. Creen ustedes que este asesino saldrá a la calle con el convencimiento de que cometió un crimen execrable y que no merecía la pena haberse metido en esa espiral de sangre por una nación inventada. Pues viendo hoy los ojos de ese hombre se darán cuenta ustedes de que ni siquiera cuarenta años, ni siquiera, le van a hacer cambiar de opinión...ni de chulería.

El que casi fue borrado del mapa por la misma banda asesina ha pedido a sus contertulios que vuelvan a aquel día de 1997, el último de Miguel Ángel Blanco. Gustavo de Arístegui, al lado en esos momentos de Jaime Mayor Oreja, Carmen Martínez de Castro, Antonio Casado y Ramón Pi han traído a las memorias los tremendos acontecimientos. Y en Pamplona...

Se paró la fiesta. Allá sólo existía Miguel Ángel Blanco. Por primera vez las sedes de Herri Batasuna eran acorraladas, la gente descargaba la rabia contra los irracionales que, superados, no alcanzaban a comprender que la masa que tenían enfrente les llamaran asesinos. No sonaba la música. Los pamplonicas no querían lucir sus pañuelos. No había ya sanfermines. Sólo había Miguel Ángel Blanco.

Ayer, el lehendakari Ibarretxe en un acto, en una carta que se leyó en Barcelona en homenaje a las víctimas de Hipercor...dice que lamenta mucho la soledad de las víctimas. No sabe usted los solo que se está en los cementerios, Ibarretxe. Y que pide perdón ante la lejanía de los poderes públicos. ¿Ante la lejanía de los poderes públicos? Eso lo dice el presidente de un Gobierno que lo que ha hecho ha sido dar dinero a las familias de los asesinos de ETA y se ha olvidado absolutamente siempre y en todo momento, ni siquiera una palabra ni un gesto para los asesinados por sus amiguitos.

De nuevo Pamplona. Mañana ya del 13 de julio. Un sinnúmero de personas se planta frente al Ayuntamiento de la capital navarra. En la puerta del Consistorio cuelgan los pañuelos de centenares de navarros que habían decidido que hasta ahí había llegado la juerga. Ya no había juego que valiera. Un cordón policial protegía a un pequeño grupo de proetarras que, incluso ese día, se habían congregado en una esquina de la plaza para retar a esa mayoría que les repetía “asesinos, asesinos”. Esa masa daba las espalda a esa gentuza y les gritaban: “ETA, dispara, aquí tienes mi nuca”. Esta vez, cobardes, se aguantaron las ganas.

Y sí, nacionalistas dialogantes de los de Ibarretxe se acercaban a explicar a la muchedumbre hirviente que sabían que lo que había pasado era deleznable, un asesinato vil, pero que no había que revolver la fiesta con la política. Un tiro en la nuca, política. ¡Qué sucios! ¡Qué asco!.

Estos días están siendo juzgados por la Justicia española los asesinos del concejal del PP en Ermua, Txapote y Amaia. Aquella noche éramos jóvenes, pero teníamos claro qué era Miguel Ángel Blanco. Hoy todo es un baturrillo difícil de explicar y entender para los de esa generación, la nuestra, la de Miguel Ángel Blanco. En la memoria.

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