La Catedral de Córdoba

La Catedral de Córdoba

ABC
Cartas al director
29/12/2006

La Junta Islámica española, por medio de su presidente, Mansur Escudero, ha solicitado a la Iglesia Católica permiso para compartir el principal templo de Córdoba.

Monseñor Asenjo, obispo de dicha Diócesis ha respondido con una razonada negativa que comparto y aplaudo.

En el tratamiento de esta noticia por parte de los medios de comunicación hay, a mi juicio, un error de concepto. En todos los que he consultado, se coincide en denominar a la iglesia en cuestión, Mezquita-Catedral. Si esto fuese así, los musulmanes tendrían todo el derecho del mundo a exigir un derecho de uso, en nombre de un mal entendido.

Pero no es así. Puede que a nivel de Patrimonio Histórico, el hecho de que antes de ser donada a la Iglesia por Fernando III, fuese una Mezquita en la Córdoba de los Omeya, atraiga la atención de los turistas y haga más conocida la ciudad. Más para considerarla centro de culto, se trata a todos los efectos de una Iglesia consagrada.

Por lo tanto, ahora que los que profesamos el cristianismo, atravesamos tiempos de dificultad, gracias a la particular forma de entender el aconfesionalismo por parte de este Gobierno que preside el señor Zapatero, hemos de poner especial cuidado en definir claramente nuestra fe y sus símbolos.

Decía Edmund Burke sobre la tolerancia, que hay un límite más allá del cual la tolerancia deja de ser virtud. Creo sinceramente que tanto el señor Mansur, como los que lo apoyan, se han extralimitado.

Agustín Embuena Romero. Sevilla