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Ciencia

Gobiernos europeos asumen la necesidad de incentivar la natalidad

Gobiernos europeos asumen la necesidad de incentivar la natalidad
La escasez de población joven amenaza el crecimiento económico y las pensiones

24-05-2006
059/06

 http://www.aceprensa.com/art.cgi?articulo=12588

Los gobiernos europeos han comenzado a hablar, sin sonrojarse, de la necesidad de incentivar la natalidad. La generación del "baby boom" se jubila y el siguiente reemplazo es mucho más escaso. Esto tiene ya efectos económicos innegables, sobre todo en las pensiones.

"Quien no tenga suficientes hijos morirá más pobre que una madrecita rusa y tan solitario como los presos en Guantánamo". El "Süddeutsche Zeitung" (15-05-2006) se toma la cosa medio en broma medio en serio. Es la concesión a la vieja galería de un diario que se define como "liberal de izquierdas", después de reconocer que "Alemania se muere" por la falta de niños. Y que, no sin razón, "los libros sobre demografía –la mayoría ‘reaccionarios’– ocupan en las librerías el espacio reservado antes a la literatura feminista".

Europa ha dicho "basta" y ha admitido el fomento de la natalidad entre los objetivos políticos abiertamente declarados. El Libro Verde de la Comisión Europea sobre el envejecimiento demográfico afirma, categórico, que "nunca en la historia ha habido crecimiento económico sin crecimiento de la población" (ver Aceprensa 116/05).

Las oscuras profecías maltusianas se han invertido. Es imposible predecir, a largo plazo, cómo incidirán las innovaciones tecnológicas en la productividad. Pero lo que ya nadie niega es que, en las próximas décadas, "las transformaciones demográficas pondrán a prueba la financiación del Estado del Bienestar tal y como lo conocemos actualmente y exigirán una redefinición del papel de la protección social en términos de prestaciones sociales y oferta de servicios". La cita proviene de un documento de trabajo para la Universidad de Verano de los dirigentes sindicales europeos, celebrada el pasado año en Florencia.

Otra corriente de pensamiento no duda, en cambio, en señalar la crisis de valores –para otros rasgos de "progreso"– como detonante de la disminución radical de las tasas de natalidad. El norteamericano George Weigel defiende, en su libro "Política sin Dios", que el secularismo estrecha tan drásticamente los horizontes y expectativas de las personas sobre sí mismas y sobre el porvenir que no son siquiera capaces de crear futuro en el sentido más elemental: el biológico.

La ministra alemana de la Familia se ha sumado a esta tesis, y ha impulsado, en el seno de la Gran Coalición, una nueva política familiar que pone el acento en la implicación de los padres en el cuidado de los hijos y que quiere promover una "educación en valores", en alianza con católicos y evangélicos (ver Aceprensa 53/06).

Las propuestas de Ursula von der Leyen han llegado varios años después de que apenas nadie en Alemania se atreva a negar el problema de la caída de la natalidad. Otros países comienzan en cambio ahora a vislumbrar el peligro que se avecina.

Rusia y Portugal han sido los últimos países en dar la voz de alarma. El presidente Putin dedicó la mayor parte de su reciente discurso sobre el estado de la nación a la demografía: la población rusa disminuye cada año en casi 700.000 habitantes, lo que, según el presidente, genera una situación "crítica" (ver Aceprensa 56/06). En Portugal, el socialista José Sócrates acaba de anunciar al Parlamento que, sin una reforma en profundidad, el sistema de pensiones entrará en quiebra en 2015. Sencillamente, no habrá suficientes jóvenes para mantener a los pensionistas, por lo que el primer ministro luso reconoce la necesidad de incentivar la natalidad. Pero esto es ya prevención de males mayores en un futuro lejano. Con carácter inmediato, Sócrates considera necesario aumentar las contribuciones a la Seguridad Social y retrasar la edad de jubilación, en línea con las recomendaciones de la OCDE (ver Aceprensa 22/06).

¿Por qué tanta prisa por clonar seres humanos?

¿Por qué tanta prisa por clonar seres humanos?

24-05-2006
059/06

http://www.aceprensa.com/art.cgi?articulo=12592

El último número de "Journal of Medical Ethics" (mayo 2006) ha publicado una detallada crítica de los actuales experimentos de clonación humana. En un artículo titulado "¿Por qué tanta prisa por clonar seres humanos?", el Dr. Neville Cobbe (Wellcome Trust Centre for Cell Biology, de la Universidad de Edimburgo) advierte que se está omitiendo, sin justificación, los estudios previos en modelos animales.

Cobbe señala que la postura de que no hacen falta más ensayos con animales se basa solo en dos trabajos que no son concluyentes, ambos realizados en ratones. En el primero de ellos se logró curar un trastorno del sistema inmunitario, pero no con las células madre clónicas que eran el objeto del experimento, sino con células madre de organismos desarrollados. En el otro se trataba de evaluar las posibilidades de tratar el parkinson con células madre embrionarias obtenidas por clonación. Las células en efecto se implantaron en el cerebro; pero igual resultado se consiguió con células no clónicas. Además, en este estudio se empleó un número de ratones demasiado pequeño y se los observó durante un tiempo demasiado corto para descartar que las células implantadas no puedan causar teratomas o tumores.

A la vez, observa Cobbe, se defiende cada vez más el uso de embriones clónicos para examinar cómo los tejidos de un paciente resultan afectados por una enfermedad o cómo responden a un medicamento. Este procedimiento permitiría obtener células genéticamente idénticas al paciente sin necesidad de extraerlas de él mediante biopsia, que puede ser arriesgada. "Sin embargo –advierte Cobbe–, semejante método parece estar gravemente viciado, porque entre los ejemplares de un clon se dan diferencias relevantes en la expresión de los genes". En experimentos con animales se han detectado mayores diferencias entre fetos clónicos derivados de un mismo original por transferencia nuclear que entre medio hermanos obtenidos por fecundación "in vitro" o inseminación artificial.

Además, Rudolph Jaenisch y sus colaboradores han demostrado que la clonación introduce defectos nuevos en la expresión de los genes, tanto en los tejidos embrionarios como en los demás. Tales aberraciones, ha señalado Ian Wilmut, el creador de la oveja "Dolly", fácilmente invalidarían los estudios que recurrieran a la clonación para determinar las diferencias en el metabolismo de medicamentos entre distintos sujetos. Concluye Cobbe: "A falta de estudios con animales que demuestren la viabilidad de tales investigaciones en embriones humanos, me pregunto cuáles pueden ser los verdaderos motivos para llevarlas a cabo".

En fin, "está claro que la clonación por transferencia nuclear aún dista mucho de ser eficiente, y los pocos datos actualmente disponibles sobre la clonación terapéutica con blastocistos parecen sugerir que tiene aun menos éxito que la clonación reproductiva". Por eso "resulta sorprendente que algunos defensores de la clonación hayan pasado por alto estas dificultades en sus escritos dirigidos al público", con promesas exageradas sobre las posibilidades de la clonación terapéutica.

Esto suscita serias dudas sobre la moralidad de los ensayos de clonación con embriones humanos. Una se refiere al "desprecio sistemático de la vida humana naciente". Otra deriva de la necesidad de óvulos en elevado número para realizar tales experimentos. En relación con esto, la cuestión es "qué significado podría tener el ‘consentimiento informado’ de las mujeres que suministraran óvulos para investigación creyendo que tales estudios pueden llevar a salvar vidas, cuando faltan por completo los necesarios indicios de ello en modelos animales y los riesgos para la salud de la donante pueden llegar a ser graves". Además, hay peligro de que se explote a mujeres pobres.

Cobbe admite que algunos de los frutos que se esperan de la clonación terapéutica pueden hacerse factibles "algún día en un futuro lejano". Pero haría falta mucha más investigación básica, y "por ahora no veo por qué esto habría de exigir forzosamente clonar embriones humanos en vez de embriones de modelos animales". "Si ahora permitimos semejante experimentación con seres humanos sin previa y completa comprobación mediante ensayos en otras especies, ¿realmente sabemos adónde vamos?"

En fin, los experimentos de clonación humana no tienen, hoy por hoy, justificación terapéutica. Más bien, concluye Cobbe, "parece que un cúmulo de intereses puede haber contribuido de modo relevante a fomentar ideas deformadas tanto de los conocimientos científicos en torno a la clonación como de las consecuencias clínicas previsibles".

Alternativas a la utilización de células madre embrionarias

Alternativas a la utilización de células madre embrionarias

Justo Aznar, Jefe del Departamento de Biopatología Clínica Hospital Universitario La Valencia

Documento muy científico con una amplia bibliografía sobre la clonación y sus alternativas par la obtención de células madre
 
 
Alternativas a la utilización de células madre embrionarias

Ponencia presentada en el Simposio Internacional sobre "Clonación y Etica: Realidades y Exageraciones". Valencia 17 de enero de 2002.

A. Conceptos generales

Al iniciar una reflexión ética sobre la clonación terapéutica, creo que la primera puntualización que habría que hacer es que, como muy bien indica en una reciente publicación suya, el profesor de Biología Molecular de la Universidad de Murcia, LM Pastor, no se debería hablar de clonación terapéutica, atribuyéndole una valoración ética aceptable, oponiéndola a clonación reproductiva que sería rechazable. No existe, como algunos autores han subrayado, una clonación éticamente lícita y otra éticamente ilícita. Poner determinados adjetivos a la clonación para tratar de oscurecer su significado, puede que semánticamente responda al objetivo de contraponer el beneficio que los pacientes pueden obtener de ese hecho, en este caso la clonación, frente a una actitud obstaculizadora de la ciencia; pero considerando el hecho científico en si mismo, se aprecia claramente que clonar es siempre una acción reproductiva, independiente del fín que se le de al producto de tal reproducción, sea destruirlo al poco tiempo, como ocurre en la clonación terapéutica, o dejarlo crecer y nacer como sucede en el caso de la clonación reproductora. Es decir, parece que no se deberían marcar diferencias entre ambos tipos de clonaciones, y que lo que hay que hacer es valorar éticamente la clonación como tal, por lo que es muy importante seguir reflexionando sobre la realidad del sujeto clon, aunque esto, por el reducido tiempo de esta ponencia, no podamos hacerlo aquí hoy.

Lo que si parece razonable admitir, es que además de las incertidumbres de orden filosófico, antropológico y social, relacionadas con la clonación existen otras de carácter biológico, que oscurecen, si cabe más, el juicio ético sobre la misma. Las recientes noticias sobre el prematuro envejecimiento de la oveja Dolly, manifestado especialmente por una artrosis en una de sus patas, han cubierto a la clonación de una nube de dudas que ha hecho que gran parte de los hombres de ciencia hayan expresado su reticencia sobre la misma. Es indudable, que el desconocimiento de los procesos de reprogramación epigenética, y del papel que estos puedan jugar en la coordinación genética del desarrollo morfológico del nuevo ser; no permite, por el momento, controlar los resortes biológicos necesarios para corregir las dificultades e incertidumbres que sobre la clonación, existen.

La reprogramación epigenética, en la clonación, se realiza en un breve plazo de tiempo, demasiado corto para que los genes contenidos en la célula donante del material genético puedan expresarse adecuadamente. En este sentido, Ian Wilmut, señala que, por el momento, no existe ningún dato científico la sobre la desregulación de los genes en la clonación humana que nos pueda dar luz sobre cómo estos procesos pueden influir en el desarrollo morfogenético del animal clonado. Por otro lado, las anomalías que se pueden producir en los animales clonados por esta causa, no pueden observarse en el núcleo de la célula donante, ya que no existen, ni parece que vayan a existir en un futuro inmediato, métodos que permitan examinar el estado epigenético completo del genoma. Es decir, se desconoce como puede influir la reprogramación epigenética en el producto de la clonación y también como se pueden detectar estas anomalías en caso de que existan. Muchas dudas, para poder aplicar con seguridad estos procesos al hombre.

Además de ello, según el profesor Peter Millard, del St George`s Hospital Medical School de Londres (BMJ 323, 805, 2001), la idea de que las células madre obtenidas por clonación serán genéticamente similares a las del adulto que ha proporcionado el material genético debe de ser revisada pues, como bien se sabe, los animales nacidos por clonación realizada por trasplante nuclear de material genético, no son exactamente idénticos a los animales de los cuales se ha obtenido el núcleo transplantado. Ellos heredan el DNA mitocondrial del ovocito enucleado, y la implicación que ésto pueda tener en el desarrollo de los embriones creados por este procedimiento no es bien conocida, especialmente si se tiene en cuenta que dentro de esta misma área, tampoco se conoce como pueden influir en el DNA mitocondrial los procedimientos técnicos utilizados en la clonación y, por tanto, no se puede saber en qué medida estos embriones podrán sufrir en su evolución biológica las alteraciones mitocondriales anteriormente comentadas. Es posible que una carga genética mitocondrial alterada pueda estar relacionada con los importantes problemas bioquímicos y morfológicos que se están detectando en los animales obtenidos por clonación (New Scientist 2001 May 19: 14-5), ya que las alteraciones de las mitocondrias podrían explicar algunos de ellos, pues no cabe olvidar que cuatro procesos bioquímicos esenciales para el organismo (el ciclo del ácido nítrico, la cadena respiratoria, la fosforilación oxidativa y la oxidación de los ácidos grasos) tienen lugar en las mitocondrias. Una alteración en cualquiera de estos sistemas podría producir serios problemas bioquímicos en los animales clonados, como pueden ser ceguera, defectos musculares, diabetes y sordera. También los componentes mitocondriales pueden mediar la apoptosis, lo que podría repercutir en procesos neurodegenerativos e incluso en desarrollos tumorales. Por otro lado, como la expresión fenotípica de estas alteraciones puede estar condicionada por factores ambientales, las enfermedades mitocondriales pueden permanecer ocultas en el recién nacido y no manifestarse hasta la edad adulta.

Por otro lado, tampoco el procedimiento técnico de la clonación, cuando se ha aplicado a humanos, no parece estar bien dominado, pues no hay que olvidar que para obtener los tres embriones que se consiguieron, en las experiencias recientemente publicadas, se utilizaron 71 óvulos, donado por 7 mujeres. Para el material genético se utilizaron fibroblastos dérmicos. La transferencia nuclear se aplicó a 19 óvulos, de los que se lograron más de 10 embriones, de los que tres se desarrollaron hasta un estadio de 6 células, muriendo, por tanto, los tres embriones antes de que se pudieran desarrollar en los mismas células madre útiles para la regeneración de tejidos.

Todo lo anterior apunta a la falta de rigurosidad científica del trabajo en el que se comunicó, hace unos días, la clonación de los tres embriones humanos ya citados, lo que ha propiciado que John Gearhart y Marc Peschansky, miembros del Consejo Científico del Journal of Regenerative Medicine, revista que publicó esta clonación de humanos, hayan dimitido del Consejo Editor, al estar en completo desacuerdo con la publicación de esas experiencias en una revista científica que se tilda de seria. En este sentido, John Gearhart, en una entrevista realizada estos días en la BBC, afirmaba que el trabajo habia fallado y que por tanto las experiencias no se debían haber publicado. Esta visión científica es también compartida por el editor de Science y antiguo presidente de la Universidad Stanford, Donald Kenedy, quien en una entrevista en Newsday (5?XII-2001), afirmaba, que de la lectura de ese artículo había aprendido que sus resultados no constituyen ningún avance que pueda interesarnos. Igualmente Harold Varmus, anterior director de los Institutos Nacionales de la Salud de EEUU, escribió en esas mismas fechas, en el New York Times; que el estudio había supuesto un escaso progreso experimental y no aportaba ninguna idea nueva. Más aún, una investigadora de la propia firma farmacéutica (ACT) en donde se clonaron los tres embriones humanos, Tanja Diminko, en una entrevista realizada en Washington, con motivo de un Congreso sobre Medicina Regenerativa (Reuters, 3-XII-2001), afirmaba que sus colegas no habian tenido éxito en el intento de clonar un embrión humano. Se podría pensar, dice Diminko, que con el sistema experimental utilizado se podrían fabricar seres humanos, pero esta metodología solo parece servir para primates. Además añadía, "que los experimentos de clonación de embriones de primates comenzaron bien pero al final también fueron un desastre".

Todo parece movido más por intereses comerciales que científicos. En este sentido, Robert Goldsten, responsable científico de la Diabetes Research Foundation, concreta en una entrevista en el Boston Global (5-XII-2001) "si yo fuera responsable de una compañía farmaceútica, normalmente haría aquello que pudiera producirme beneficios. Y esto es lo que, al parecer, se propusieron los responsables de la ACT al publicar la noticia.

Extrapolando estos razonamientos, es decir las incertidumbres biológicas que existen en relación al desarrollo de animales o humanos clonados, a los tejidos obtenidos a partir de células madre embrionarias, nos podemos preguntar ¿quién nos puede asegurar que no existirán las mismas incertidumbres cuando lo que se quiere obtener sean tejidos procedentes de células madre embrionarias?. Como indica Masdeu, antes de poder utilizar células madre embrionarias para intentar tratar enfermedades humanas deberíamos conocer los factores que regulan su reproducción, causan su diferenciación hacia el tipo de células deseadas y les permiten establecer conexiones fisiológicas con otras células, de modo que su crecimiento y actividad puedan ser regulados de modo conveniente. Sin tener este conocimiento la utilización de células madre de embriones humanos para tratar enfermedades es incierto. Por ello, estimo que no hay que olvidar que aunque estudios recientes han mostrado el potencial de diferenciación de las células madre embrionarias, las señales intracelulares que controlan la proliferación, diferenciación y supervivencia de las células madre no han sido todavía bien identificadas. Los mecanismos intracelulares que regulan el destino de las células madre están también emergiendo; muchos de ellos incluyen segundos mensajeros, factores de transcripción nuevos y nuevas funciones de las telomerasas. La posibilidad de que una alteración en el número o plasticidad de las células madre pueda contribuir al envejecimiento y/o al desarrollo de enfermedades relacionadas con el envejecimiento, sugerido por los recientes hallazgos en Dolly y otros animales, está por determinar, todo lo cual hace que se deba ser muy prudente con el manejo de células madre embrionarias como fuente de tejidos u órganos, con vista a la medicina reparadora.

Pero a nuestro juicio, cuando específicamente nos referimos a la clonación terapéutica, la intención de crear embriones humanos para después destruirlos agrava, si cabe aún más, la valoración ética negativa que merece la clonación sin ningún adjetivo, al convertirla en un medio por el que unos seres humanos son creados exclusivamente para provecho de otros. Un abuso de los más fuertes sobre los más débiles, una disposición de unos por otros, contraria a la igualdad ontológica y de derechos de todos los seres humanos. Asi pues, destruir a unos seres humanos para salvar a otros parece algo contradictorio y opuesto a la pretendida finalidad humanitaria con que se quiere justificar la clonación terapéutica. Además, incrementaría el grado de desprotección en que poco a poco se ve envuelto el embrión humano, por lo que éste adquiriría un grado más de cosificación. Simplemente se le consideraría como un material biológico sujeto a las leyes del mercado o a intereses sanitarios personales o sociales. Como recientemente afirmaba, el profesor Herranz, director del Departamento de Bioética de la Universidad de Navarra y catedrático de Anatomía Patológica de ese centro educativo, ningún científico se atreve a negar hoy día que el zigoto humano sea un ser humano.

El problema no está en el dato científico. Está en el rango ético que uno le asigne al embrión humano, en la política moral que se le aplique.

Según la política de respeto, todo ser humano ha de ser reconocido y tratado como tal, por su dignidad humana intrínseca, que lo hace intangible, aunque sea diminuto y débil. Según una política de poder y utilidad, el ser humano tiene la dignidad que otros le conceden y nada más; son los parlamentos, los padres, los médicos, los investigadores, los filósofos, la sociedad en general, quiénes le conceden o no dignidad y derechos humanos, quienes determinan desde cuando y hasta cuando es sujeto de esa dignidad. En este contexto de dignidad concedida por otros se negocia la dignidad del embrión humano, y se le desprovee de ella cuando objetivos científicos, comerciales, o incluso de un pretendido humanitarismo, lo aconsejan. Como afirmaba Kant, el hombre es un fin absoluto, que nunca puede utilizarse como medio, por muy excelentes que parezcan los fines. Principio que mutatis mutandi puede ser aplicado al embrión humano.

B. Alternativas a la utilización de células madre embrionarias

Pero, ¿se podría decir que esta consideración ética negativa para utilizar células embrionarias humanas para el tratamiento de diversos e importantes enfermedades degenerativas y metabólicas, dentro del contexto de la medicina reparadora, supone frenar la investigación médica en este terreno?. ¿Se podría decir que los que se oponen a la clonación terapéutica, entre los que me encuentro, están frenando el desarrollo científico, cómo frecuentemente suele manifestarse en algunos medios de comunicación social?. De ninguna manera. Cuando se planteó hace unos años la conveniencia, de construir la autovía de Valencia a Madrid, no se puso por nadie en duda su necesidad para el desarrollo de esta Comunidad, lo único que a algunos les parecía conveniente era que su trazado tratara de preservar la Hoces del Cabriel, que respetara la naturaleza; de ninguna manera nadie se opuso a su construcción, sabiendo el impacto que ello podía tener en el desarrollo económico-social de esta parte del país. No se trataba de no construir la autovía, sino de encontrar un trazado alternativo adecuado. Pues, con la utilización de células madre ocurre otro tanto. No se busca en ningún caso frenar el desarrollo de la medicina reparadora, no se trata de privar a los pacientes del indudable bien que supone el poder encontrar un remedio eficaz para sus dolencias, lo que se quiere encontrar es una alternativa a la utilización de células madre embrionarias, y esto es lo que brevemente vamos a repasar ahora.

Indudablemente, la alternativa al uso de células madre embrionarias es utilizar células madre de cordón umbilical, de placenta o incluso de abortos espontáneos. Pero sin duda, la fuente de células madre con mayores posibilidades clínicas en un futuro inmediato, son las células madre de tejidos adultos. Por ello, vamos a referirnos a algunos de los últimos resultados sobre esta materia, como base objetiva para propiciar la investigación y uso de las mismas, en detrimento de las células madre obtenidas de embriones.

1. Utilización de células madre de tejidos adultos

Hace ya casi una década se pudo demostrar la posibilidad de transformar células madre de diversos tejidos adultos en células de varios linajes de su mismo tipo celular (Proc Natl Acad Sci 89; 8591, 1992/Science 255; 1717, 1992/Proc Natl Acad Sci 94; 14832, 1997). A partir de entonces dos descubrimientos han marcado el desarrollo sobre el conocimiento y utilización de las células madre de tejidos adultos, y han abierto el camino para su uso potencial en un amplio abanico de enfermedades. El primero, fue comprobar que las células madre de algunos órganos adultos mostraban mucha más plasticidad de lo que en principio se creía, pudiendo incluso transformarse en células madre multipotentes (Proc Natl Acad Sci USA 94; 4080, 1997/Science 279; 1528, 1998 / Neurosurgery 48; 2-16, 2001).

El segundo, fue que las células madre se detectaron también en órganos tales como cerebro y músculo, que previamente se creía que carecían de ellas, y que podían cultivarse indefinidamente y después dirigir su diferenciación hacia células del tejido de origen u otro distinto (Proc Natl Acad Sci 94, 4080, 1997). En efecto, en 1997 Eglitis y col (Proc Natl Acad Sci USA 94; 4080; 1997), consiguen generar células nerviosas a partir de células madre de médula ósea, hecho que también consiguieron más tarde otros científicos.

También se consiguió obtener, a partir de médula ósea, células musculares (Science 279; 1528, 1998). En enero de 1999 el grupo de Vescovi (Science 283; 534, 1999) cultivan y transforman células madre nerviosas de rata en células sanguíneas y en noviembre de 2000, el propio grupo de Vescovi también consigue la transformación de células madre nerviosas de ratones en células del músculo esquelético. A partir, o a la vez, de estas experiencias, otras muchas han confirmado en estos dos últimos años la posibilidad de obtener células de distintos tejidos a partir de células madre del propio tejido o de otro distinto. Resumimos seguidamente algunas de las últimas publicaciones sobre esta materia

1. Células madre de médula ósea se pueden transformar en células endoteliales. Blood 92; 362-7, 1998.
2. Células madre de médula espinal pueden generar neuronas. J Neuroscience 20; 8727-35, 2000. J Neuroscience 19; 5420, 1999.
3. Células de médula ósea de rata pueden transformarse en células neuronales productoras de dopamina. Hum Gene Ther 10; 2539-49, 1999.
4. Células madre nerviosas de ratón y humanas pueden transformarse en células de tejido muscular esquelético. Neuroscience 3; 982-91, 2000.
5. Células madre nerviosas adultas de ratón, pueden transformarse en una gran variedad de células de otros: corazón, pulmón, intestino, riñón, hígado, sistema nervioso, músculo y otros tejidos. Science 288; 1660-63, 2000.
6. Células madres precursoras de oligodendrocitos pueden convertirse en potentes células madre nerviosas. Science 289; 1754-7, 2000.
7. Células madre de piel de ratones pueden transformarse en células neuronales, musculares y células de tejido graso. Nature Cell Biology 3; 778-84, 2001. Cell 104; 233-45, 2001. Cell 102; 451-61, 2000.
8. Células madre humanas de páncreas pueden transformarse en células secretoras del factor 1 promotor de insulina. Diabetes 49; 1671-80, 2000.
9. Células madre de pulpa dental pueden transformarse en distintos tipos celulares de tejidoo dental. Proc Nat Acad Sci 97; 13625-30, 2000.
10. Células madre gastrointestinales pueden transformarse en distintos tipos de células epiteliales. Int J Exp Patho 81; 117-43, 2000.
11. Células madre de médula ósea pueden transformarse en neuronas "in vivo". Science 290; 1779-80, 2000.
12. Células madre mesenquinales pueden trasplantarse al útero de oveja y diferenciarse hacía otro tipos celulares: Nature Med 6; 1282-86, 2000. O a células óseas o de tejido adiposo. J Biol Chem 275; 9645-52, 2000.
13. Células madre de médula ósea se pueden transformar en células hepáticas. Science 284; 1168-70, 2000. Nature Med 6; 1229-34, 2000. Hepatology 32; 11-16, 2000.
14. Células madre de médula ósea se pueden transformar en neuronas. Exper Neurol 164; 247-56, 2000. Neuroscien Res 61; 364-70, 2000.
15. Se pueden obtener hepatocitos de células madre adultas de otros tejidos. Nature 406; 257, 2000.
16. Células madre de tejido nervioso se pueden convertir en células musculares. Nature 412; 736-39, 2001.
17. Se obtienen células madre de tejido adulto de cadáveres. Nature 411, 42-43, 2001.
18. Diferenciación de células NT2 (cultivos de células humanas derivadas de teratocarcinomas) en células neuronales capaces de producir dopamina, lo que podría servir para trasplante en pacientes con Parkinson. Brain Research 912; 99-104, 2001.
19. Células madre del hígado se pueden transformar en células cardiacas cuando se inyectan en ratones. Amer J Pathol 158; 1929-35, 2001.
20. Células madre de tejido graso pueden cultivarse y transformarse en cartilago, músculo, hueso y el propio tejido graso. Tissue Engineering 7; 211-28, 2001.
21. Células madre de médula ósea pueden diferenciarse en células de muy diversos tejidos. Blood 98; 2615-25, 2001.
22. Células madre de médula ósea pueden formar células renales. J Pathol 195; 229-35, 2001.
23. Células madre adultas humanas y animales pueden cultivarse y servir de base para obtener una fuente practicamente ilimitada de células madre útiles para tratamientos clínicos. Nature Immun 2; 172-80, 2001.
24. Células madre de placenta, obtenidad después del parto, se han podído transformar en células de hueso, tejido nervioso, cartilago, sangre, músculo, tendon y vasos sanguíneos. (http//www.cpf.or/AnthroGenDiscovery.htm).

Con independencia de las consideraciones anteriores, conviene tener en cuenta, que una de las dificultades importantes para la más amplia utilización de las células madre de tejidos adultos es la dificultad de obtenerlas, dado su escaso número. Sin embargo el pasado agosto (Nature 412; 736-39, 2001), un equipo de científicos australianos comunicó que habían aislado una muestra extremadamente pura de células madre adultas de tejido nervioso a partir de células de ratón, consiguiendo un 80% de pureza; importante avance si se tiene en cuenta que la pureza hasta ahora conseguida no superaba el 5%.

Aunque todas las experiencias anteriormente comentadas apoyan la posibilidad de que las células madre obtenidas del tejido adulto puedan desarrollarse hacia células de diferentes tejidos, la formación de tejidos u órganos completos a partir de estas células madre aparece como una posibilidad mucho más remota, según comenta Michel Selton, de la Universidad de Toronto, y experto en estas materias (The Lancet 356; 1500, 2000). En general, se puede decir que cuando se cultivan células madre se obtiene una masa celular amorfa del tipo de células cultivado. Para intentar crear estructuras similares a los tejidos, que sería el primer paso para la creación de órganos nuevos, parece necesario, que las células crezcan sobre una matriz externa sobre la que las células que se van generando puedan ordenarse. En relación con ello Patrick Stayton, de la Universidad Washington en Seattle, ha cultivado sobre una matriz de laminina, células madre, consiguiendo que se alineen a lo largo de estas fibras formando una estructura muy similar a la del miocardio (Lancet 356; 1500, 2000). Este podría ser el primer paso para la consecución de tejido cardiaco, pero todo ello esta aún muy distante de la posibilidad de conseguir órganos completos.

2. Utilización de células somáticas adultas, tras conseguir que se transformen en células madre

Con respecto a la posibilidad de transformar, desdiferenciándolas, células somáticas adultas hasta células madre, que posteriormente puedan ser cultivadas para obtener células de su propio tejido o de otro, las experiencias son mucho más reducidas. Sin embargo, en el Congreso de la Sociedad Británica de Fertilidad, celebrado el 23 de febrero de 2001 se comunicó por James y su grupo, de la firma comercial PPL Therapeutics, en la que participa también el Instituto Roslin, que habían logrado transformar células adultas de piel de vaca en células madre multipotentes, y posteriormente obtenido de ellas células de músculo cardiaco. Según sus autores, estas experiencias podrían aplicarse para la creación de tejidos, y los primeros ensayos clínicos podrían iniciarse dentro de unos 4 años.

3. Utilización de células somáticas adultas para conseguir otras células y tejidos

Con respecto a la posibilidad de conseguir a partir de células somáticas adultas, sin transformarlas a células madre, células de otro tejido, también las experiencias son mínimas, pero igualmente el 27 de febrero de 2001, en la Reunión de la Sociedad Americana de Investigación Ortopédica, celebrada en San Francisco, un equipo de la Universidad Duke, dirigido por Guilak y Erickson, presentó resultados de su trabajo, demostrando la posibilidad de obtener condrocitos (células de cartílago) a partir de adipocitos humanos (grasa) obtenidos de restos de liposucción. Además también consiguieron cultivar los condrocitos sobre una matriz tridimensional, obteniendo una estructura similar al tejido cartilaginoso, lo que sin duda puede ser un paso de gigante para la consecución de cartílagos. Este podría ser el primer paso para la solución de lesiones de cartílagos de pacientes utilizando su propia grasa.

C. Potenciales aplicaciones clínicas

1. Reparación de tejidos por inclusión en los mismos o en el torrente
circulatorio del paciente, de células madre de ese mismo tejido procedentes de otro sujeto.

En diversas experiencias se ha comprobado que las células madre de un determinado tejido pueden unirse a ese mismo tejido dañado y diferenciarse hacia células adultas sanas, tanto cuando se inyectan directamente en el tejido, como cuando se introducen indirectamente a través del sistema circulatorio (Science 290; 1479, 2000). Por el momento, nadie conoce exactamente cual es el mecanismo por el que las células madre reconocen al tejido dañado y llegan hasta él; pero sin duda, esta capacidad puede aprovecharse para reconstruir tejidos lesionados, o incluso para transportar diversos medicamentos hasta ellos.

Recientemente se han realizado diversas experiencias en esta área experimental. En efecto, se ha comprobado que células madre nerviosas cultivadas se pueden transplantar al sistema nervioso central en donde se diferencian hacia neuronas maduras (Nature 402; 390, 1999).

Lo mismo se ha conseguido con células de músculo, que trasplantadas a un tejido muscular dañado, se transforman en células musculares adultas sanas fusionándose con las originales dañadas y regenerándolas (J Cell Biol 144; 1113, 1999). En septiembre de 2001, en el Congreso de la Sociedad Americana de Ciencias Neurológicas, celebrado en Nueva Orleans, se presentaron varias comunicaciones relacionas con este tema. Así, Jeffrey Kocsis, de la Universidad de Yale, mostraba que en lesiones experimentadas de la médula espinal, tras inyectar células madre nerviosas cerca de la lesión, las células dañadas se recubrían de nuevo de mielina, recuperando en parte su función. También Jeffrey Rothstein de la Universidad Johns Hopkins de Baltimore, comunicó en ese mismo Congreso, que las células madre pueden emigrar a lo largo de la médula espinal.

En este sentido, e igualmente en el mismo Congreso, Barbara Tate, del Hospital Infantil de Boston, presentó unas experiencias en las que inyectaba a ratas, en las que se había provocado un Alzeheimer experimental, grupos de células madre, en la parte opuesta de su cerebro, comprobándose que las células madre inyectadas se desplazaban hasta la otra parte del cerebro, la lesionada, depositándose sobre la placa de Alzeheimer. Es decir, pudieron comprobar que las células madre de tejido adulto tienen la posibilidad de desplazarse hacia la zona dañada y de depositarse en ella.

En la LXXIII Reunión Anual de la Asociación Americana del Corazón celebrada en Nueva Orleans en noviembre de 2001, un equipo del hospital Bichet de París, dirigido por Philiphe Menache, presentó la primera experiencia clínica de trasplante autólogo de mioblastos realizado en un paciente de 72 años con isquémia cardiaca por una coronariopatía. Los mioblastos se cultivaron en el laboratorio durante 2 semanas transplantándolos a continuación al paciente. Al mes se comprobó que la situación clínica del mismo había mejorado objetivamente, seguramente por reposición a partir de los mioblastos transplantados de las células cardiacas dañadas (Lancet 357; 279-80, 2001). Experiencias similares se han realizado por otros autores (J Cell Biol 150; 1085-1100, 2000. Nature 401; 390-4, 199. Circulation 102; III 210-13, 2000. Ann Thorac Surg 71; 1724-33, 2001). Y más recientemente se ha dado otro importante paso para tratar a los pacientes con infarto, al comprobar que su tejido cardiaco contiene células madre que, adecuadamente estimuladas, pueden crecer y reparar el miocardio lesionado (Nengl J Med 344; 1750-7, 2001).

Esta posibilidad de que las células madre pueden trasladarse a los sitios en donde existen tejidos lesionados, hace que las mismas hayan podido utilizarse también para transportar fármacos hasta diversos tejidos patológicos o lesionados, según se comprueba en unas recientes e interensantísimas investigaciones de Karen Aboody, del Hospital Infantil de Boston (Proc Natl Acad Sciencies USA 97; 12846, 2000) en las que inserta en células madre un gen capaz de reducir diversos tipos de tumores. Inyectando estas células madre portadoras del gen en distintos lugares del cerebro de ratas, demuestra que las células madre inyectadas emigran hacia el tumor, lo rodean y eliminan un gran número de sus células patológicas, disminuyendo así el tamaño del mismo.

2. Reparación de tejidos por inclusión en los mismos de células madre adultas de otro tejido o de cordón umbilical

En los dos últimos años se han realizado abundantes experiencias en este terreno. Vamos a comentar algunas de ellas. Paul Sanberg presentó en febrero de 2000, en la Reunión Anual de la Asociación Americana para el Avance de las Ciencias, experiencias que demostraban que es posible regenerar tejido nervioso deteriorado por un ictus, cuando células de cordón umbilical son inyectadas a los animales lesionados por vía circulatoria. Recientemente también se ha publicado (Nature Med 6; 1282, 2000) que las células madre de médula ósea se pueden transplantar a fetos de oveja y allí diferenciarse en una gran variedad de tejidos.

Más recientemente, en la LXXIII Reunión anual de la Asociación Americana del Corazón, celebrada en Nueva Orleans en noviembre de 2001, un equipo de cirugía cardiaca de la Universidad McGill de Montreal, dirigido por Ray Chan, comunicó que si células madre de médula ósea de rata se inyectan directamente en el corazón de estos animales, se pueden convertir en células de músculo cardiaco; ésto lo comprobó en 20 de los 22 animales utilizados. En diciembre de 2000, se publicaron dos interesantísimos trabajos en Sicence, que demuestran que células madre de médula ósea implantadas en animales de experimentación se pueden transformar en neuronas. En el primero de ellos (Science 290; 1775, 2000), el equipo de Helen Blau, inyecta células de médula ósea marcadas en ratones adultos y varios meses después comprobaron que algunas de esas células marcadas pueden generar proteínas neuronales desarrolladas en el propio tejido nervioso central del animal trasplantado. La generación de estas células se constata al cabo de 1 a 6 meses de realizado el trasplante de médula. También, Eva Mezey y su equipo (Science 290; 1779, 2000), demostraban que cuando se inyectan, en las debidas condiciones experimentales, células de médula ósea, éstas pueden emigrar al cerebro y diferenciarse en células, que como en el trabajo anterior, también son capaces de generar proteínas específicamente neuronales. Este trabajo, como el anterior, abre la posibilidad de que células de médula ósea, fáciles de obtener, puedan constituir una fuente alternativa de neuronas en pacientes con enfermedades neurodegenerativas o con lesiones del sistema nervioso central. También en diciembre de 2000, en la 42 Reunión de la Sociedad Americana de Hematología, celebrada en San Francisco, un equipo de biología molecular del Instituto Nacional de la Salud de EEUU, informó que habían conseguido regenerar células cardiacas en el micocardio lesionado de ratones, trasplantándoles células madre de médula ósea. Igualmente, Michel Rathbone de la Universidad Canadiense Mc Master, comunicaba en agosto de 2001 (Edmonton Sun VIII-15-2001) que habían conseguido regenerar, en el 100% de los casos, células nerviosas de médula espinal, trasplantando células madre intestinales en el tejido nervioso dañado de animales de experimentación. Es decir, en todas las experiencias anteriores se demuestra la posibilidad de utilizar células madre de tejidos adultos, que pueden ser inyectadas en distintos órganos, como corazón, músculos, hígado, pulmón o intestino, y transformarse in situ en células de esos tejidos (Science 288; 1660, 2000).

Otras experiencias que resumimos a continuación, también abundan en este mismo sentido.

1. Células madre endoteliales pueden utilizarse para angiogenesis. Science 275; 964-7, 1997.
2. Células madre de médula ósea de rata pueden emigrar hasta zonas del cerebro dañadas y allí transformarse en astrocitos (células nerviosas). Proc Natl Acad Sci 96; 10711-6, 1999.
3. Células madre adultas de rata de tejido nervioso pueden servir para reparar tejido nervioso dañado en una situación experimental parecida al Parkinson. Proc Natl Acad Sci 96; 7029-34, 1999.
4. Células madre adultas de tejido nervioso pueden emigrar hasta la retina y allí transformarse en células similares a las de ese órgano. Mol Cell Neurosciences 16; 197-205, 1999.
5. Células adultas de cerebro pueden servir para reparar tejido nervioso dañado. Nature 405; 951-5, 2000. Nature 405; 892-3, 2000.
6. Células madre del conducto pancreático humano forman islotes pancreáticos capaces de segregar insulina. Proc Nat Acad Sci 97; 7999-8004, 2000.
7. Tratamiento de diabetes utilizando células madre pancreáticas. Nature Med 6; 278-82, 2000.
8. Células madre sanguíneas de cordón umbilical de ratón mejoran a ratones con enfermedad de Huntington. Am J Clin Pathol 114, 4, abst 89, 2000.
9. Células madre de médula ósea de ratón, inyectadas en el torente circulatorio, se dirigen hacía zonas dañadas del cerebro y ahí pueden generar neuronas. Science 290; 1775-79, 2000.
10. Células madre sanguíneas de cordón umbilical de ratón mejoran a ratones con de esclerosis amiotrofica bilateral en ratones. J Med 31; 21-31, 2000.
11. Células madre sanguíneas de cordón umbilical de ratón mejoran a ratones con enfermedad de Alzheimer. Modern Pathol 14; 207A, 2001.
12. Células madre nerviosas incrementan el número de células neuronales formadoras de dopamina en ratones. Posible aplicación en pacientes con Parkinson. Congreso de la Sociedad Japonesa de Neurologia. Okayama. Octubre 2001.
13. Se muestra la capacidad que células madre nerviosas tienen de emigrar hacía la zona lesionada. Neuron 28; 385-97, 2001.
14. Implantación de células madre de médula ósea en tejido cardiaco isquémico favorecen la angiogenésis (formación de vasos sanguíneos nuevos) y favorecen la recuperación del tejido cardiaco lesionado. Circulatión 104; 1046, 2001. Cell 105, 369-77, 2001. J Clin Invest 107; 1395-402, 2001. Nature 410; 701-5, 2001. Nature Med 7; 430-6, 2001.
15. Células madre de médula ósea mejoran la función cerebral cuando se administran a ratas con isquemia cerebral. Stroke 32; 1005-011, 2001. Cell Transplant 10; 31-40, 2001.
16. Estimulando la producción de células madre de médula, se comprueba que se puede reparar el tejido cardiaco lesionado en ratones. Proc Nat Acad Sci (in press).
17. Células madre de cordón umbilical mejoran ratones transgénicos con enfermedad de Huntington. J Med (in press).

3. Células madre obtenidas de fetos abortados.

También se pueden obtener células madre de fetos abortados. Así, en febrero de 2000, Paul Sanberg, de la Universidad del Estado de Florida, presentó en la Reunión Anual de la Asociación Americana para el Avance de las Ciencias, experiencias demostrando que las células madre procedentes de cordón umbilical de fetos abortados, tratadas adecuadamente con ácido retinoico y hormonas de crecimiento, e inyectadas en el sistema sanguíneo de ratas en las que se había provocado un ictus, favorecían su recuperación.

D. Aplicaciones clínicas actuales

Si en el apartado anterior se han presentado algunas experiencias de tipo general que sugieren que las células madre de tejidos adultos van a poder ser aplicadas en la práctica clínica en un futuro próximo, en éste se recogen diversas áreas en las que su utilización es ya una realidad terapéutica. Dada la multiplicidad de datos, únicamente se enumerarán algunos de ellos. Así, células madre de tejidos adultos se han aplicado ya con finalidad terapéutica en:

1. Tumores cerebrales. Cancer Invest 18, 492-493; 2000.
2. Meduloblastomas y glioblastomas. Con supervivencia de más de 34 meses en los primeros y más de 4 años en los segundos. J Neurooncol 44; 147-153, Sept., 1999.
2. Gliomas malignos recurrentes y meduloblastomas en niños, obteniéndose largos periodos de supervivencia libres de enfermedad. Pediatr Transplant 1; 87-95; 1999.
3. Neuroblastomas. J Clin Oncol 17; 3216-3220, 1999.
4. Neuroblastoma metastásico en niños. Baillieres Best Practice Research in Clinical Haematology 12; 247-259, 1999.
5. Retinoblastoma deseminado recurrente. Una segunda remisión de más de 4 años. Bone Marrow Transplant 27; 653-655, 2001.
6. Retinoblastoma metastásico. Una segunda remisión de más de 4 años. Cancer 89; 2117-2121, 2000.
7. Cáncer de ovario. Ann Intern Med 133; 504-515, 2000.
8. Epitelioma ovárico. Sem Oncol 25; 349-355, 1998.
9. Cáncer de testículo. J Clin Oncol 18; 3346-3351, 2000. Int J Urol 7; 77-82, 2000.
10. Sarcoma de partes blandas. J Clin Oncol 18; 3643-3650, 2000.
11. Tumores mesenquimatosos malignos. Bone Marrow Transplant 26; 627-632, 2000. Biol Blood Marrow Transplan 6; 496-505, 2000. Blood 96; 2385-2390, 2000. Blood 95; 2169-2174, 2000. J Clin Oncol 18; 307-316, 2000.
12. Mieloma múltiple y leucemias. Utilizando células madre de cordón umbilical. N Engl J Med 344; 1815-1822, 2001. Intern Med 40; 471-474, 2001. Bone Marrow Transplant 27; 1101-1103, 2001. Br J Haematol 112; 981-987, 2001. Leuk Res 25; 267-270, 2001. N Engl J Med 344; 175-181, 2001. Semin Oncol 27; 524-530, 2000. Br J Haematol 110; 887-893, 2000. J Clin Oncol 18; 3256-3261, 2000. Exp Hematol 28; 1096-1104, 2000. Stem Cells 18; 343-341, 2000.
13. Linfomas no-Hodgkin. Intern Med 40; 471-474, 2001. J Clin Oncol 18; 332-339, 2000. Bone Marrow Transplan 26; 497-503, 2000. N Engl J Med 343; 750-758, 2000. J Clin Oncol 17; 2044-2049, 1999.
14. Enfermedades autoinmunes (Esclerosis multiple, lupus eritematoso, artritis reumatoide juvenil y artritis reumatoide). Mejorías objetivas obtenidas tras trasplante de células madre adultas autólogas.
15. Escleromixedema. Arch Dermatol 137; 1071-1072, 2001.
16. Esclerosis múltiple. Neurology 57; 62-68, 2001.
17. Enfermedad de Cronh. Reuters Health, Agosto 13, 2001.
18. Artritis reumatoide. Arthritis Rheum 44; 754-760, 2001.
19. Lupus eritematoso. Arthritis Rhem 44; 728-731, 2001.
20. Lupus eritematoso en niños. Lancet 356; 701-707, 2000.
21. Policondritis. Arthritis Res 2; 327-336, 2000.
22. Citopenias autoinmunes. Blood 96; 3272-3275, 2000.
23. Otras enfermedades autoinmunes. Stem Cells 17; 366-372, 1999. Cancer Treat Res 101; 157-184, 1999. Rheumatology 38; 767-772, 1999. Rheumatology 38; 773, 1999. Gut 46; 869-872, 2000. J Clin Immunol 20; 1-9, 2000.
24. Inmunodeficiencias. Utilizando células madre de médula ósea. Blood 96; 1239-46, 2000. Utilizando células madre de un banco de cordones umbilicales. J Pediatr 138; 570-3, 2001.
25. Anemias. Anemia de células falciformes (sickle cell), utilizando células madre de cordón umbilical de un hermano. Oncol 22; 437-400, 2000. Anemia sideroblástica por trasplante alogénico de células madre de médula ósea. Br J Haematol 113; 938-9, 2001. Ann Neurol 49; 222-9, 2001.Anemia en macroglobumina de Waldenstrom, por trasplante alogénico de células madre de médula ósea. Bone Marrow Transplant 27; 1027-9, 2001.Anemia aplástica severa, por trasplante alogénico de células madre de sangre periférica.Ther Apher 5; 54-57, 2001.
26. Trombocitopenia congénita.Por trasplante alogénico de células madre de sangre periférica. Bone Marrow Transplant 26; 571-2, 2000.
27. Enfermedades virales crónicas. Trasplante alogénico de células madre de sangre periférica. Bone Marrow Transplant 26; 805-8, 2000. Lancet 356; 223-3, 2000
28. Enfermedades de los huesos y cartílagos. Trasplante de condrocitos autólogos.Cell Trasplant 10; 203-208, 2001. Trasplante alogénico de células mesenquimales de médula ósea en niños con osteogénesis imperfecta.Nat Med 5; 309-13, 1999.
29. Alteraciones corneales. Trasplante alogénico de células madre corneales obtenidas de cultivo. Cornea 29; 488-94, 2001. Trasplante de células madre de liquido amniótico. Cornea 20; 354-61, 2001. Br J Opthalmol 85; 567-75, 2001.Trasplante alogénico de células madre corneales. Br J Opthalmol 85; 604-9, 2001
30. Trasplante alogénico de células madre conjuntivales. Opthalmology 180; 1126-33, 2001. Cornea 19; 421-6, 2000. Trasplante autólogo de células madre corneales. N Engl J Med 340; 1697-703, 1999. N Engl J Med 343, 86-93, 2000 Enfermedades hepáticas; trasplante alogénico de células madre hepáticas tras trasplante hepático. Blood 96; 3997-99, 2000.
31. Amiloidosis primaria. Trasplante autólogo de células madre de sangre periférica. Drugs 9: 2343-50, 2000.
32. Infarto de miocardio. Regeneración del tejido cardiaco lesionado por: Trasplante autólogo de células madre de médula ósea. Dtsch Med Wochenschr 126; 932-8, 2001.
33. Stroke. Neurology 55; 565-9, 2000. Neurosurgery 49; 586-92, 2001.
34. Terapia Génica Trasplante autólogo de células madre de médula ósea genéticamente modificadas en inmunodeficiencia severa combinada (SCID)-X1.


Comentarios finales

A la vista de todas estas experiencia parece indudable que las células madre adultas representan una adecuada alternativa a la utilización de células madre embrionarias, con vista a la regeneración y reparación de tejidos. Incluso más, algunos autores (S Hall, Technology Review, noviembre 2001), sugieren que las células madre adultas, con independencia de criterios éticos, es decir desde un punto de vista estrictamente biomédico, son superiores a las células madre embrionarias para su uso en medicina, ya que tienen gran versatilidad biológica y son capaces de diferenciarse en muchos más tipos de células de lo que nadie había pensado. Aunque ciertamente tienen menor capacidad de diferenciarse que las células madre embrionarias, son más seguras y parecen mejor programadas para lograr precisamente lo que se busca en cada caso determinado. Como comenta el autor, "en el implacable crisol de los ensayos clínicos, donde las posibilidades terapéuticas se enfrentan a la variable realidad del cuerpo humano, las células madre adultas ya están siendo puestas a prueba, mientras que para empezar a usar células madre embrionarias en seres humanos faltan quizás de 3 a 5 años".

Por otro lado, según Darwin J Prockop, de la Universidad de Tulane, las células madre adultas pueden ser más adecuadas que las embrionarias de cara a la medicina reparadora, pues forman parte de un sistema natural de regeneración, lo que se ha demostrado porque cuando un tejido resulta dañado células madre de la médula ósea emigran en grandes cantidades hacía la zona lesionada con finalidad reparadora.

En esta misma línea merece la pena recoger los comentarios que, en una reciente revisión publicada en el British Medical Journal (322, 29-32, 2001), se hacen refiriéndose al tratamiento de la diabetes. En ella se indica que la utilización de células madre adultas de los islotes pancreáticos, se apunta como el tratamiento de elección para los pacientes diabéticos en los próximos diez años, ya que, a juicio de los autores, tienen indudables ventajas sobre las células madre embrionarias.

Finalmente es posible, que las células madre mesenquimales puedan ofrecer una ventaja adicional sobre las células madre embrionarias, ya que al parecer aquellas están desprovistas de los marcadores moleculares que desencadenan el rechazo inmunológico, incluso parecen capaces de inhibir la propia respuesta inmunológica. Si esto se confirmara, se podría disponer de una fuente de células madre universal, sin que fuera necesario utilizar las del propio paciente.

Estas dudas biomédicas sobre la utilización de células madres embrionarias, se extiende también al campo comercial. Así, David Greewood responable financiero de la compañía californiana Geron, una de las pioneras en células madres embrionarias y rival de Advanced Cell Technology (ACT), opina:"En general se puede decir que por razones éticas y comerciales las compañias de biotecnología están centrando sus investigaciones más en las células madre obtenidas de tejido adulto, que en las células madre embrionarias. Martin Edwards, director ejecutivo de ReNeuron, comenta que, cientificamente hablando, la clonación terapéutica podría funcionar, pero hay grandes dudas acerca de si podría llegar a ser un negocio rentable, opinión que comparte Michael Ruhl, director ejecutivo de la compañía alemana de biotecnología Cardion, quien aún va más allá al afirmar que: "cuestiones éticas aparte, no hay ninguna posibilidad de que la utilización de células madre embrionarias pueda llegar a ser rentable" (DM 18-XII-2001). También Michael Lytton, del Oxford Bioscience Partners, un experto en inversiones en el área de la biomedicina, en un conferencia presentada en el Congreso sobre Medicina Reparadora, celebrado en Washigton en diciembre de 2001, opina que las dificultades tecnológicas, las incertidumbres políticas, los problemas sobre patentes y otras dificultades, hacen que sea muy improbable que terapéuticas derivadas de células madre embrionarias pueden introducirse en el mercado farmacéutico (AP, 4-XII-2001).

Creo por tanto, que existen grandes posibilidades para poder ayudar a los pacientes que lo requieran sin tener que recurrir a la destrucción de embriones humanos, como consecuencia de la utilización de células madre embrionarias. Las células madre adultas y, muy especialmente las células madre mesenquimales, pueden constituir una verdadera alternativa a las células madre embrionarias con vista a la medicina regenerativa y reparadora en este siglo XXI.


 
 

Comer lácteos aumenta la probabilidad de engendrar mellizos

Comer lácteos aumenta la probabilidad de engendrar mellizos Agregar a mis artículos
 
Una proteína presente en ciertos productos de origen animal sería una de las causas principales del incremento mundial en el número de embarazos múltiples

 http://www.infobae.com/notas/nota.php?Idx=256104&IdxSeccion=100567

 

Aquellas mujeres que siguen una dieta alta en productos lácteos tienen una mayor probabilidad de quedar embarazadas de mellizos, según informó el Journal of Reproductive Medicine, citado por el sitio BBCmundo.com.

Un grupo de científicos norteamericanos comprobó que la tasa de nacimientos múltiples es mayor en las mujeres que incluyen en su alimentación diaria leche y sus derivados, en comparación con aquellas que evitaban comer este tipo de productos animales.

Biografía de la Tierra explica evolución universo, planeta y vida

Biografía de la Tierra explica evolución universo, planeta y vida

http://actualidad.terra.es/ciencia/articulo/biografia_tierra_explica_evolucion_universo_893588.htm

Jaume Terradas explica la creación del universo, la Tierra, la vida y el hombre en el libro 'Biografía del mundo. Del origen de la vida al colapso ecológico', cuyo objetivo es hacer entender al público general el proceso evolutivo del universo y la vida, así como la compleja relación del hombre con su entorno.

Se trata de una biografía incompleta pues, como recordó su autor, el mundo sigue vivo y aún 'quedan misterios que la ciencia no ha sido capaz, y puede que no lo llegue a ser nunca, de resolverlos', como la existencia de otros universos o de vida inteligente.

Para facilitar la comprensión, el catedrático emérito de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) destina los dos primeros capítulos a explicar los principios básicos que rigen el universo, la Tierra y la vida, con el fin de que el lector pueda comprender mejor su evolución y complejidad.

Aunque señaló hoy en rueda de prensa que 'lo complejo no puede explicarse de forma sencilla' y que por eso ofrece una visión impresionista del mundo, también expone aquello que cree más importante para acercar la ciencia al lector haciéndola inteligible.

Terradas no se limita a sólo la base biológica, que 'se reduce todo a mutaciones biológicas', sino que tiene en cuenta los factores externos como el impacto de meteoritos o la separación de los continentes, constricciones que, según él, 'han canalizado la evolución hacia lo que somos' y la situación actual del planeta.

A pesar del pesimismo que se desprende del subtítulo, el autor se muestra esperanzado por la 'capacidad del hombre de cambiar el mundo' y porque 'el colapso no implica el fin de todo'.

El autor aseguró que 'tenemos la capacidad de provocar la extinción de especies, especialmente de organismos complejos, pero no de exterminar la vida, aunque quisiéramos'.

Todas las especies utilizan el medio en el que viven tanto como pueden hasta llegar al límite y transformarlo, aunque eso puede ponerse en su contra; ser consciente de ello es importante y 'somos capaces de evitar el desastre, es cuestión de ponerse'.

Tanto para Terradas como para su amigo y colega ya fallecido Ramon Margalef, el principal problema radica en la 'aceleración', que actualmente viene dada por la disponibilidad de petróleo.

Encontrar una energía nueva es un reto y podría suponer un gran problema para la sostenibilidad del planeta porque se seguiría avanzando rápidamente, pero también puede ser un gran logro.

Terradas también sostiene que las sociedades deberían regirse por los principios de justicia social, libertad, solidaridad y sostenibilidad y que el reto para el siglo XXI deben ser los países en vías de desarrollo.

Además, los países con más recursos, capacidad y conocimientos deben dar ejemplo de cómo 'hacer las cosas bien', la gente debe tomar conciencia de la necesidad de ser responsable con su entorno, pero evitando que se extienda el fundamentalismo de la naturaleza con imposiciones.

El autor afirmó que 'el conocimiento, para bien o para mal, es nuestra arma' y que los libros de divulgación son necesarios para el cambio de mentalidad, aunque lamenta que su publicación no se aprecie como mérito en la vida académica y que los investigadores se vean 'obligados' a escribir para revistas especializadas.

 

Terra Actualidad - EFE

BERLIN (ALEMANIA).- Las ballenas fueron los primero animales de cuatro patas como los perros que evolucionaron hasta convertirse en nadadores gracias a una serie de pequeños cambios genéticos en su desarrollo embriónico, dijeron científicos en la última edición de la publicación de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.

BERLIN (ALEMANIA).- Las ballenas fueron los primero animales de cuatro patas como los perros que evolucionaron hasta convertirse en nadadores gracias a una serie de pequeños cambios genéticos en su desarrollo embriónico, dijeron científicos en la última edición de la publicación de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.

Un reciente estudio reveló la fundamentación genética de uno de los casos mejor documentados de evolución genética. Las patas traseras de las ballenas encogieron gradualmente a lo largo de 15 millones de años a causa de esos pequeños cambios genéticos.

La pérdida de estos ocurrió mucho más tarde en el proceso evolutivo, cuando un cambio drástico desactivó un gen necesario para el desarrollo de los miembros, dijeron los investigadores.

http://www.lasegunda.com/ediciononline/tecnologia/detalle/index.asp?idnoticia=281352

El gen, conocido como Sonic Hedgehog, funciona durante el primer cuarto del período de gestación, antes del período fetal, y en animales vertebrados es necesario para que los miembros se desarrollen más allá de las articulaciones de rodilla y codo.

Pero el gen siguió funcionando al principio, pues no se perdieron huesos en el esqueleto, por lo que estimaron que la pérdida definitiva fue en los últimos 15 años a causa de un proceso llamado “microevolución darwiniana” y que implica pequeños cambios en varios genes en una etapa tardía del desarrollo.

Los científicos, liderados por Hans Thewissen de la Northeastern Ohio University, comprobaron que todo el proceso de pérdida de las patas traseras en las ballenas duró entre 41 y 50 millones de años.

“El exceso de progresismo lleva al ridículo"

“El exceso de progresismo lleva al ridículo" 

Una iniciativa apoyada por el PSOE pretende reconocer los derechos humanos a los simios. La polémica está servida. 85.000 abortos en España en 2004 y la iniciativa legislativa propuesta por los socialistas es defender los derechos humanos de los simios

 

El “Proyecto Gran Simio” no tiene desperdicio. La defensa de esta proposición no de ley pretende la inclusión de los monos a la categoría de personas, ridículo, por cierto..

 

La nueva ley de Técnicas de Reproducción Humana Asistida aprobada en el Parlamento permitirá atentar contra la vida humana incipiente e introduce el término pre-embrión para evitar que la investigación con los hijos suene tan fuerte. No se defiende los derechos de los embriones pero sí se pretende reconocer los que no pueden tener los simios. Y es que el exceso de progresismo suele llevar al ridículo

 

Jesús Domingo

GUÍA RÁPIDA SOBRE LA CLONACIÓN: ALGUNOS CONCEPTOS BÁSICOS

GUÍA RÁPIDA SOBRE LA CLONACIÓN: ALGUNOS CONCEPTOS BÁSICOS


15-05-2006
   

 http://www.profesionalesetica.com/avizor/index.php?aid=1#816
 
Definición de clon

Un individuo clónico, con respecto a otro, es aquél que contiene su misma información genética. Los gemelos univitelinos o monocigóticos originados por un proceso natural de fisión embrionaria, son en realidad individuos clónicos, ya que contienen idéntico genotipo.

Tipos de clonación en el laboratorio

a- Clonación por transplante nuclear: Es fácil encontrar ejemplos de clonación natural: las protozoos o bacterias generados por división, o los gemelos monocigóticos. En el laboratorio, los experimentos de clonación están ligados a los trabajos sobre transplante nuclear o a los métodos de gemelación experimental. Nos ocuparemos primero de la clonación por transplante nuclear.

Las células del adulto muestran un importante grado de diferenciación, cada tejido u órgano se encuentra comprometido en la realización de diferentes funciones, por ello es muy difícil que esas células puedan recuperar la capacidad que tienen las del embrión para originar todo tipo de tejidos (totipotencia), muchos de los genes de las células diferenciadas quedarían bloqueados (impronta) para expresar sus capacidades. En el adulto la Impronta del genoma es impresionantemente estable. El grado o tipo de diferenciación de los cromosomas en cualquier célula adulta, podría imposibilitar la capacidad de esa dotación genética para revertir el proceso, dejar de diferenciarse, y manifestar la totipotencia del genoma. Para responder a la pregunta de si es posible que el genoma de una célula no embrionaria, sea capaz de revertir a una situación de menor diferenciación y asumir la capacidad de dirigir todo el desarrollo embrionario, se han realizado experimentos de transplante nuclear.

Muy sugestivos a ese respecto son los trabajos realizados sobre anfibios. Se ha demostrado que cuando se inyecta en un ovocito de sapo, -del que previamente se ha eliminado su núcleo original- el núcleo de una célula diferenciada procedente de otro sapo, por ejemplo un núcleo de una célula intestinal de un renacuajo, el citoplasma del ovocito es capaz de interactuar con el núcleo del donante y borrar la impronta génica, de modo que sea capaz de dirigir la segmentación y posterior desarrollo embrionario del ovocito, dando lugar a un sapo adulto que será clónico (idéntica información genética) con respecto al renacuajo donante del núcleo intestinal Estos experimentos, demostraron por un lado, que ningún gen esencial para el desarrollo embrionario, se pierde o queda inhibido irreversiblemente en las células diferenciadas, y por otra parte, la posibilidad de la clonación de animales inferiores mediante el transplante nuclear.

En mamíferos, el asunto parecía mucho más difícil de conseguir. De todos modos, se han realizado experimentos de transplante nuclear en mamíferos, incluidos primates, utilizando núcleos procedentes de células embrionarias, consiguiéndose animales adultos.

El problema fundamental de la clonación en mamíferos usando núcleos de células no embrionarias, reside en que, una vez introducido el núcleo en el ovocito, es necesario un tiempo bastante largo para que el citoplasma actúe eliminando la impronta nuclear y posibilite la activación del genoma. Durante ese tiempo los cromosomas del núcleo transplantado deben de estar en reposo en lo referente a la duplicación del ADN y a su entrada en el denominado ciclo celular (situación quiescente). Esto es difícil de conseguir en los animales usuales de laboratorio (ratones). Sin embargo, en algunas especies (la oveja, por ejemplo), tras la fertilización natural, el genoma del cigoto permanece muchas horas inactivo dando lugar al desbloqueo génico. Esta circunstancia ha sido aprovechada por Wilmut y colaboradores para efectuar la clonación por transplante nuclear en ovejas.

El procedimiento de clonación, comienza por la obtención de ovocitos de una oveja. Estos ovocitos son cultivados In vitro y desposeídos de su núcleo mediante irradiación con rayos ultravioleta. Por otro lado se dispone de un cultivo de células epiteliales de glándula mamaria de otra oveja (células completamente diferenciadas y adultas), estas células debidamente preparadas serán las donantes de los núcleos que se transplantarán a los ovocitos ya indicados. Antes de efectuar el transplante, la población celular donante es sometida a un tratamiento especial que consigue sacar del ciclo celular a los núcleos a transplantar, convirtiéndoles en núcleos quiescentes o en reposo, este es un punto clave para el éxito de la técnica, ya que estos núcleos situados fuera del ciclo de proliferación, se asemejan más a los núcleos de los gametos, y al penetrar en el citoplasma del ovocito tardan más tiempo en activarse, lo cual permite que los factores citoplásmicos del ovocito actúen en la reorganización del genoma del núcleo inyectado para la desinhibición de los genes responsables del desarrollo embrionario.

La transferencia de los núcleos mamarios, se efectúa del modo siguiente: se cultivan juntos los ovocitos enucleados con las células de glándula mamaria quiescentes y, mediante una pequeña descarga eléctrica, se consigue que las células mamarias fusionen su citoplasma con los ovocitos. De tal manera, se obtienen ovocitos que han incorporado el núcleo de las células epiteliales mamarias de la oveja donante. Un pequeño porcentaje de esos ovocitos se activan y comienzan el desarrollo embrionario. Al cabo de unos días de cultivo In-Vitro, los embriones mejor desarrollados se implantan en el útero de otra oveja que se ha preparado hormonalmente para desarrollar un embarazo. De todos los embriones implantados, algunos se desarrollan a término y la oveja receptora pare corderos que serán clónicos con respecto a la oveja donante de los núcleos transplantados.

b-Clonación por fisión gemelar: Decíamos que una manera por la que en la naturaleza se producen individuos genéticamente idénticos (clónicos), es la gemelación. En el laboratorio se puede aprovechar el carácter regulativo de los embriones de muchas especies animales para realizar experimentos de gemelación artificial, y por lo tanto para producir clones de individuos gemelos. Como siempre, ha sido en animales inferiores donde se comenzó la experimentación en este terreno. Ya a primeros de siglo, los embriólogos consiguieron fragmentar embriones de erizo de mar y desarrollar cada fragmento hacia un embrión completo, y, finalmente hasta el estadio adulto.

La gemelación artificial en mamíferos es algo más reciente, a comienzos de los años 80 se obtienen terneras clónicas por gemelación artificial, y en 1993, Jerry Hall y Robert Stillman de la George Washington University, en Estados Unidos, informan de la primera gemelación artificial realizada con éxito sobre embriones humanos. Dado que es el primer caso publicado de un intento de reproducción asexual por clonación en seres humanos, merece que describamos con más detenimiento todo el suceso. Para este experimento, Hall y Stillman dispusieron de un grupo de 17 embriones humanos en etapas de dos a ocho células, producidos por fecundación In-Vitro, y que no se habían implantado por ser considerados defectuosos.

Después de disociar las células de esos embriones en un medio de cultivo libre de iones calcio, cada célula individual fue recubierta por una cubierta artificial, que remeda a la zona pelúcida propia del cigoto. A continuación, cada célula se cultivó en un medio adecuado y comenzaron a segmentarse. El resultado: 48 nuevos embriones, un promedio de 3 por cada embrión original. Ninguno de estos embriones clónicos se implantaron en el útero, por lo que el experimento se detuvo en este punto.

Nunca se dio la intención de implantar esos embriones, ya que, en primer lugar, los embriones originales eran defectuosos, y en segundo lugar, todo el asunto se planteó como un simple experimento, científicamente poco original, ya que desde hace años se vienen obteniendo resultados similares en otras especies, pero periodísticamente muy llamativo, ya que constituyó el primer intento de clonación (conocido), que se ha realizado sobre seres humanos, más adelante nos ocuparemos de los aspectos éticos de esta experiencia.

Clonación en humanos con fines reproductivos

Todo lo que se ha dicho hasta ahora es necesario para comprender el entronque de las modalidades de clonación con las técnicas de reproducción asistida extracorpóreas. La clonación por transplante nuclear aún no se ha efectuado con éxito en humanos, y como veremos más adelante puede tener más interés en lo que se ha dado en denominar clonación con fines terapéuticos, en este apartado nos referiremos fundamentalmente a la clonación por fisión gemelar. Ya que la fecundación In-Vitro se realiza en el exterior del cuerpo de la madre, hace posible la manipulación del cigoto en orden a su multiplicación asexual.

¿Donde podría radicar el interés práctico del uso de la gemelación artificial en el contexto de la FIVET?. Hay diversas razones, por las que la clonación podría ser incluida dentro de algunos protocolos de FIVET, veamos las más relevantes:

a- Una aplicación potencial de la clonación por gemelación podría radicar en la generación de múltiples embriones para la implantación después de la fecundación In-Vitro. Sabemos que para aumentar las posibilidades de éxito de la FIVET, ordinariamente se implantan de 3 a 5 embriones. Se evitaría el almacenamiento de embriones congelados, ya que solo se multiplicarían los embriones precisos para la implantación, además se soslayaría la necesidad de repetir la hiperestimulación ovárica, en el caso de un fracaso inicial de la FIVET.

b- Otra posible aplicación radicaría en la posibilidad de obtener abundante material, todo él genéticamente idéntico, en orden a estudiar posibles defectos genéticos de un determinado embrión. Sería como realizar copias de un original, donde también están presentes posibles defectos, que así podrían ser diagnosticados y estudiados cómodamente.

c- Satisfacer el deseo de aquellos padres que quieren tener un hijo gemelo con relación a un embarazo por FIVET previo, estableciendo bancos de embriones clónicos, a partir de los cuales los padres puedan elegir el hijo con las características genéticas deseadas.

Este último apartado es utópico, pues es en humanos, la identidad genética no supone la identidad de los individuos. Es experiencia común el hecho de que los gemelos univitelinos naturales, a pesar de ser genotípicamente idénticos, tienen modos de comportamiento muy diversos, a pesar incluso de su educación en un mismo ambiente familiar. Esta diversidad es una prueba de que el ser humano es algo más que su herencia biológica y de que existe la libertad individual. Los hombres clónicos, a pesar de su identidad genética, son diversos entre sí en la medida de que son seres humanos distintos y libres.

Clonación en humanos con fines terapéuticos

El embrión es una fuente de células madre totipotentes (células indiferenciadas, capaces de originar todas las estirpes celulares del organismo). Diversas líneas de investigación biológica pretenden aislar esas células y conseguir diferenciar distintos tipos celulares (neuronas, células sanguíneas, musculares, etc.) que podrían ser utilizadas para transplantes en variadas enfermedades. Si además estas células proceden de un embrión clónico del paciente destinatario del transplante, su organismo reconocería a las células transplantadas como propias (tienen el mismo genoma) y el peligro de rechazo sería nulo.

Por lo tanto la clonación terapéutica hace referencia al uso de embriones clónicos como fuente de células para un trasplante y funcionaría del siguiente modo: supongamos un enfermo de aplasia medular (su médula ósea no es capaz de fabricar las células de la sangre); se podría construir un embrión clónico de dicho paciente mediante el transplante a un ovocito anucleado, de un núcleo de cualquier tejido del enfermo, una vez que el desarrollo del embrión así generado alcanzara un determinado estadío se destruiría dicho embrión para obtener células madre, que a continuación serían transformadas en células de médula ósea que podrían ser transplantadas al paciente sin ningún problema de rechazo.

Frente a los grupos que sostienen que el embrión es la única fuente rentable de células madre, diversos científicos están consiguiendo dichas células a partir de tejidos adultos (médula ósea), o de cordón umbilical: estas células son también capaces de diferenciarse hacia una gran variedad de tejidos y su utilización evitaría la manipulación y destrucción de embriones humanos.

Valoración ecológica de la clonación

La reproducción asexual natural, tiene menos ventajas biológicas que la reproducción sexual. Aunque permite la perpetuación de la especie y la confiere una cierta estabilidad genética. también ocasiona el estancamiento biológico al no posibilitar la incorporación de caracteres genéticos nuevos y por lo tanto impedir la actuación de la selección natural. Además perpetúa las mutaciones perjudiciales, lo que conlleva al envejecimiento y a la eventual desaparición de la especie. De hecho, es muy raro en la naturaleza que se dé reproducción asexual en estado puro, la mayoría de las especies con este tipo de reproducción, experimentan ciclos con reproducción sexual, o por lo menos con mecanismos similares a ésta (conjugación bacteriana, por ejemplo), que permiten una cierta renovación del genotipo.

Extrapolando lo anterior al plano de la reproducción en el laboratorio, hay que llamar la atención sobre el peligro ecológico que supone la realización masiva de técnicas de clonación en animales. Para una especie dada, el sustituir su modo de reproducción natural por la multiplicación clónica, en aras de la obtención animales con determinadas características ventajosas desde un punto de vista económico (mayor producción de carne, por ejemplo), implicaría la supresión de la biodiversidad, la desaparición de la variabilidad de ciertas especies. Además, un clon determinado podría desarrollar una susceptibilidad para sufrir diversas patologías, ya sean infecciosas o tumorales, con lo que toda la estirpe afectada podría sucumbir ante esos agentes dañinos.

Todavía es demasiado pronto para saber si los animales obtenidos por clonación con transplante de núcleos de células mucho más viejas que el ovocito receptor, no serán susceptibles a cambios de envejecimiento muchos más rápidos que en la situación natural, o bien, si el genoma del núcleo donante, aunque haya sido capaz de realizar el desarrollo embrionario, con el paso del tiempo exprese algunos genes responsables del desarrollo de tumores (oncogenes), de modo más intenso o precoz, causando la aparición de cánceres en los animales clonados. Parece necesario el seguimiento de los animales obtenidos, o que se obtengan en el futuro mediante trasplante nuclear, para detectar esas posibles anomalías que no se han presentado en el momento del nacimiento pero que podrían aparecer en el curso de su vida de adultos.

Valoración bioética de la clonación en humanos

Los peligros ecológicos indicados en el apartado anterior, son susceptibles de una valoración bioética, pues el hombre no puede considerarse dueño absoluto de las demás entidades biológicas y por lo tanto, desde el punto de vista ético, no le sería licito el manipularlas de modo que se ponga en peligro su subsistencia. Esto no es debido al hecho de que los animales no racionales sean sujeto de derechos, sino más bien, por que las especies vivas forman un todo armónico, que el hombre, por respeto a su propia dignidad como persona, debe de respetar y administrar para su propio bien.

Pero la valoración bioética más acuciante en relación con las técnicas de clonación con fines reproductivos o terapéuticos, reside en la posibilidad de su aplicación a los seres humanos. Uno de los más importantes sistemas de referencia para la valoración bioética de la reproducción asistida convencional (FIVET) consiste en la consideración del estatuto ontológico del embrión humano. También utilizaremos ese mismo referente a la hora de la consideración ética de la práctica de la clonación en el hombre.

Si partimos de la realidad de que toda persona humana es un fin en sí misma, y que ningún ser humano puede ser instrumentalizado con vistas a otra cosa, o usado en aras de algún otro fin, aunque éste se considere como bueno, y además tenemos en cuenta que ya el cigoto manifiesta todas las potencialidades de un nuevo ser humano, llegamos a la conclusión de que el embrión humano, cualquiera que sea su estado de desarrollo ha de ser considerado como plenamente humano y por lo tanto acreedor al mayor respeto por su integridad biológica.

Es evidente que todas las manipulaciones descritas en los apartados anteriores y que hacen referencia a la posibilidad de la reproducción asexual en el hombre, ya sea la inducción artificial de gemelos o la clonación por trasplante nuclear, implican la disposición de embriones humanos para fines experimentales, lo cual atenta contra la integridad biológica de los mismos, o bien suponen su manejo por conveniencia de los progenitores o de la sociedad (ver las razones por las que se podría aplicar la gemelación artificial en la FTVET). De un modo o de otro, todos estos procedimientos aplicados al hombre resultan altamente inmorales y no se justifican bajo ningún concepto. Del mismo modo la "construcción" de embriones humanos con miras a utilizarlos como fuente de células para transplante implica el considerar a la persona humana de modo exclusivamente instrumental, no como un fin en si misma, además, el que esa instrumentalización concluya con la destrucción del embrión añade a la manipulación la gravedad de la eliminación voluntaria de una vida humana. La clonación está enraizada en una mentalidad claramente eugenista con tendencia a la fijación arbitraría de un determinado contenido genético que se considera como el más adecuado: el valor del ser humano no depende de su identidad personal, sino de cualidades biológicas que pueden seleccionarse. Tiende a considerar la bisexualidad como un residuo funcional y adopta la lógica de la producción industrial.

En el proceso de clonación reproductiva se pervierten las relaciones fundamentales de la persona humana: la filiación, la consanguinidad, el parentesco y la paternidad o maternidad. Así mismo la clonación reproductiva merece un juicio negativo en relación a la dignidad de la persona clonada, que vendrá al mundo como "copia" (aunque sólo sea copia biológica) de otro ser. La identidad síquica del clonado correría serio peligro por la presencia real o incluso virtual de su "otro".

El crecimiento de la popularidad de la reproducción asistida, sobre todo de la extracorpórea (FIVET, técnicas de micromanipulación de gametos, etc.), está disminuyendo de un modo alarmante la sensibilidad general ante las diversas posibilidades de manipulación del embrión humano, y subyace el peligro de que, procedimientos como la clonación de seres humanos, que aún en la actualidad chocan con la sensibilidad de la sociedad, en un futuro más bien próximo queden desposeídos de ese carácter negativo y puedan ser aceptados como algo normal e incluso deseable ante determinadas circunstancias que implican el recurrir a la reproducción asistida.

Es deseable, que para evitar esa insensibilización, se valore de manera mucho más rigurosa la falta de ética de las técnicas extracorpóreas de reproducción asistida, y especialmente, la posibilidad de experimentación con embriones humanos, y que se incremente el respeto por la integridad del embrión, considerándolo como plenamente humano y por lo tanto no susceptible de manipulación y uso.

La clonación y el progreso de la ciencia biomédica

Hay que armonizar las exigencias de la investigación científica con los valores humanos. El científico no debería considerar el rechazo ético de la clonación humana como una ofensa; al contrario, esta prohibición devuelve la dignidad a la investigación, evitando su degeneración deshumanizante. Además, la investigación sobre clonación tiene un espacio abierto en especies animales o vegetales, siempre que se eviten los inconvenientes ecológicos ya indicados. La investigación científica, realizada en beneficio del hombre, representa una esperanza para la humanidad cuando tiende a buscar remedio a las enfermedades y alivio para el sufrimiento. Hay que esforzarse para que la investigación biomédica mantenga y refuerce su vínculo con el verdadero bien del hombre y de la sociedad.


 
FUENTE : AGEA