Jóvenes españoles
Jóvenes españoles
La prensa española ha publicado los datos de la Encuesta Jóvenes Españoles 2005 elaborada por la Fundación Santa María. Las cifras dibujan una radiografía poco halagüeña, especialmente, si atendemos a la visión que los jóvenes tienen de sí mismos. Los jóvenes españoles se ven consumistas, rebeldes, independientes, egoístas y con poco sentido del deber. Nuestros jóvenes, como la mayoría de los jóvenes europeos, han sido socializados en la creencia de que no existen convicciones firmes, ni verdades objetivas. Han aprendido que el mundo es un caos sin más lógica que la de la competencia y el interés utilitarista. A los jóvenes españoles les resulta difícil descubrir las razones que explican por qué los seres humanos somos sujetos de la misma dignidad o por qué la solidaridad es un deber moral y no un sentimiento vacío de compromiso. A nuestros jóvenes se les ha negado el valor de la tradición y la herencia moral y religiosa. Y ello, les convierte en desarraigados y extranjeros en el seno de su propia sociedad. El escaso aprecio que los jóvenes tienen por lo religioso y por la Iglesia católica es fruto de una cultura secularizada y pagana que esconde el nombre de Dios, al mismo tiempo que se olvida del hombre. Frente a este viejo drama del humanismo ateo, nuestros jóvenes tienen derecho a escuchar de boca de la Iglesia que el hombre no puede vivir sin amor y que sólo Jesucristo ama de manera absoluta a cada hombre real, histórico y concreto. Por ello, sin perder el tiempo en lamentos, la Iglesia debe hablar al corazón de los jóvenes, sin reducir jamás la profundidad y belleza de la fe, que no recorta nada de lo humano, sino que hace de la vida una aventura apasionante
Elena Baeza Villena
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