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Experimentos laicistas con el calendario gregoriano

 Experimentos laicistas con el calendario gregoriano
Xoán Xulio

http://www.analisisdigital.com/Noticias/Noticia.asp?id=14228&idNodo=-5


Este gobierno laicista que se nos vino encima como una plaga bíblica parece dispuesto a cambiar todo lo que tiene que ver con la tradición y la cultura cristianas, especial objeto de odio por parte del presidente y la vicepresidenta. No quiero ser gafe, pero no me parece exagerado advertirles sobre la posibilidad de que los socialistas se atrevan a tocar también el domingo. A tal efecto, conviene recordar lo sucedido en Abitinia, una población del Túnez actual, el 12 de febrero del año 304. Ese día 31 hombres y 18 mujeres fueron arrestados por reunión ilegal. La reunión no era otra que la celebración del domingo, que proviene del latín domínicus, díes Dómini o día del Señor. La celebración no era otra que la santa misa o eucaristía. Las Actas de los Mártires nos relatan que todos ellos fueron asesinados bajo la acusación de reunión ilegal. En la actualidad nos regimos por el calendario gregoriano que sucedió al calendario juliano. El Papa Gregorio XIII confió en 1572 la cuestión del cambio de calendario al astrónomo jesuita Cristóbal Clavius. En 1582 se llegó al acuerdo de abolir el calendario juliano e implantar el gregoriano que ha sobrevivido a todos los avatares y utopías de la historia. El calendario gregoriano no se implantó con facilidad en todos los países. Gran Bretaña y su imperio colonial lo adoptaron en 1752, la URSS en 1918 y Grecia en 1923.

La Francia revolucionaria suprimió el calendario gregoriano y lo sustituyó por el nuevo calendario republicano que entró en vigor el 6 de octubre de 1793. Lo más curioso del calendario republicano fueron los nombres de los doce meses propuestos por un tal Fabre d'Eglantine. Éstos pasaron a llamarse así: Vendimiario, Brumario y Frimario en otoño; Nivoso, Pluvioso y Ventoso en invierno; Germinal, Floreal y Pradial en primavera; y Mesidor, Termidor y Fructidor en verano. El calendario republicano provocó numerosas dificultades de coordinación con los otros países, por lo que fue abolido por Napoleón que restableció el calendario gregoriano el 1 de enero de 1806. No podía faltar el aporte al tema por parte de la utopía comunista. Poco después de la revolución rusa, el primer gobierno soviético de Lenin decretó el abandono del calendario juliano en favor del calendario gregoriano, que ya se usaba prácticamente en toda Europa. Más adelante inventaron el calendario revolucionario soviético que fue usado en la Unión Soviética de 1929 a 1940. La semana de siete días se reemplazó por una de cinco días y se eliminó el domingo. En su lugar se organizó a los trabajadores en cinco grupos, a los que se asignó un color (amarillo, rosa, rojo, morado y verde). Cada grupo tenía un día distinto de la semana para el descanso. La intención de esta medida era mejorar la productividad de la industria, evitando la interrupción de un día no laborable. Pero la separación en cinco grupos hizo más difícil la vida social y familiar. Los beneficios económicos de una semana más corta no se vieron reflejados en la realidad. A partir del 1 de diciembre de 1931, se volvió a la duración tradicional de los meses y se implantó una semana de seis días, con día de descanso común, los días 6, 12, 18, 24 y 30 de cada mes. El día 31 se mantenía fuera de la semana, cambiando entre día festivo y laborable. En la práctica, eliminar el tradicional descanso dominical se reveló una tarea difícil. Finalmente, en 1940, la vieja semana de siete días fue restaurada. Conviene que ZP y los tarados de la ley de Memoria Histórica vayan tomando nota de esto para no meter la pata también en el tema del domingo.

xoanxulio@yahoo.es

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