España (por Albiac)
España (por Albiac)
No te entiendo. No es extraño albergar bajo el mismo cielo toda clase de personajes que tan sólo pretenden tu autodestrucción. Incluso, no es extraño otorgar el título de patriotas a semejantes personajes tan y tan siniestros. No es extraño sino habitual que esa patulea de gente gobierne el país.
El primer párrafo de este escrito valdría casi para enunciar cualquier tema de los que hoy en día viven en España, pero pienso principalmente en el asunto taurino, y más aún del antitaurino.
Desayunamos que la ministra de Medio Ambiente gustaría de prohibir la muerte del toro en la plaza a fin de que el derramamiento público de sangre sea menor.
Ay Dios, bien dice Boadella que Disney puede haber sido lo peor del siglo XX. Despojando de la intrínseca dignidad animal a bichos varios para inundarlos de la malvada condición humana.
España ¿por qué no te quieres? Sinceramente siento pena –ocasionalmente asco- por la casta dirigente izquierdista, cuya deriva ideológica naufraga y mora en la negación de sus raíces; la auto-lesión continua de su ser; y una extraordinaria capacidad para abandonar a quien confía en ella (entiendo el abandono de los pobres, de los trabajadores, víctimas del terrorismo, constitucionalistas españoles), sea quizá por ello que no merece la pena confiarle nada.
Una frase doblaba en mi cabeza con una cadencia mortecina y penumbrosa: “Sin toros no merece la pena ser español”. La expresión es dramática y desproporcionada, acaso incierta, pero salida de dentro –pura bilis-. Es tan sólo una respuesta a la asquerosa negación de su propia civilización que la izquierda pretende extender a nuestra sociedad. La cuestión es: lo de los toros es secundario, es un peldaño más en la escala que desciende hasta el abismo. El proyecto veo cada día más claro que es la destrucción de la sociedad actual, en tanto que tradiciones, costumbres, y raíces. Es el socialismo que en esta hora es nada, porque nada es el antiamericanismo, absorción para la causa de gays, lesbianas, antiglobalización, animalitos, proislamismo... en definitiva: ecosocialismo, una palabra cursi, hortera, que encumbra el nihilismo peor entendido pero sazonado eso sí con un poquito de “Otro mundo es posible”.
Ya caigo algo peor a los amantes de los animales; no es mi intención porque ésta sólo es denunciar el mundo de Teletubbies giliprogres que pretenden instaurarnos los actores de lo políticamente correcto. Y me niego. Tanta humanización, sensibilidad, y respetito, es de facto una manera de maniatar las conciencias, coartar, y achicar espacios a la libertad.
Por favor, no quieran convertir los toros en un espectáculo circense, justo en plena decadencia del circo.
¡Viva la Fiesta Nacional y el pasodoble español!
Breves:
• Blanco y López Garrido son un vómito de la sociedad.
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