Blogia
Blog Almena, noticias y opiniones desde la libertad

La bomba de la T4 no ha cambiado a Zapatero

La bomba de la T4 no ha cambiado a Zapatero

La bomba de la T4 no ha cambiado a Zapatero

Páginas Digital
Fernando de Haro
4/1/2007

Se resiste. Estaba convencido de que iba a conseguirlo y ahora se aferra a aquellas lecciones que le dieron los expertos sobre los accidentes que se producen en todo proceso de paz. Zapatero no quiere admitir que todo ha acabado.

Eso explica que este jueves en el lugar del atentado haya asegurado que "la energía" que tiene para alcanzar la paz "es aún hoy mucho mayor". Eso explica su incalificable comparencia del sábado, que no suspendiera sus vacaciones, que la presidencia del Gobierno la haya asumido estos días el diario El País (fue el periódico de Polanco el que anunció el 31 de diciembre y el 2 de enero la ruptura del proceso y el que ha anunciado que va a comparecer en el Congreso de los Diputados a dar explicaciones).

Mientras otros tomaban las decisiones; mientras el ministro del Interior ejercía de vicepresidente e insistía en la necesidad de recuperar el consenso entre los demócratas, Zapatero ha seguido haciéndose su pregunta favorita: “¿por qué no?, ¿por qué no puedo seguir adelante? Ahora hay que esperar, hacer algunos gestos, quizás suspender durante algún tiempo los contactos, dejarlo dormir; y más adelante, cuando el dolor y la indignación hayan amainado, ¿por qué no puedo retomarlo? ETA me la ha jugado, pero a fin de cuentas no ha roto, y si ellos no han roto ¿por qué tengo yo que romper? La paz sólo puede alcanzarse con diálogo y ese diálogo requiere sacrificios. Cuando todo acabe, reconocerán que esos sacrificios, incluidas las muertes de los dos ecuatorianos, han merecido la pena”.

Todo indica que la bicefalia de estos días -la de Zapatero paseando por los alrededores del Palacio de las Marismillas en Doñana, su empeño en seguir adelante con el proceso y la de El País y Rubacalba tratando de aportar cordura- se resolverá pronto. Se necesitan mutuamente. El presidente del Gobierno va a hacer lo que viene haciendo desde que comenzó la legislatura: huir hacia delante como si la realidad no existiera y se pudiera crear con palabras fáciles, como si se pudiera defender al mismo tiempo una cosa y la contraria. Como si en este caso los trucos empleados en la reforma del Estatuto de Cataluña fueran a funcionar, como si los engaños utilizados con Carod y Artur Mas pudieran ser efectivos con ETA.

Pero si hay un lugar donde la ideología se transforma en un muro impenetrable, ése es el cerebro de un terrorista. No le servirán en este caso a Zapatero sus juegos de manos, pero los seguirá intentando. La inteligencia la aportarán en los próximos meses los chicos de Polanco y Rubalcaba. Ellos serán los que intentarán hacer digerible la voluntad de “aletargar” el proceso hasta mejores momentos.

La batalla mediática va a ser intensa porque hay poco tiempo para justificar que Batasuna o una formación cercana pueda presentarse a las elecciones municipales y autonómicas. El ministro del Interior desplegará toda su inteligencia para rehacer su “obra magna”: el aislamiento del PP. Se va a emplear a fondo con la propuesta de un nuevo pacto antiterrorista de imposible suscripción para el principal partido de la oposición. La propuesta de ese pacto, que incluiría a Ezquerra, está encaminado a envolver y desactivar la indignación de la opinión pública.

Es la sociedad civil, que es la que ha mantenido viva la presión sacando a la calle las certezas morales contra un proceso injusto, la única que puede desenmascarar la sarta de mentiras que nos van a caer encima. El PP puede desempeñar un importante papel si se pone al servicio de estas certezas morales que se mantienen vivas en la sociedad y que son las que han servido de balizas contra los propósitos de construir una paz sin justicia.

Es importante la actitud que en los próximos días tome CiU. La coalición, que sabe que Zapatero puede estar consumando su suicidio político, ha comenzado ya a desmarcarse. Si su capacidad para anticiparse al naufragio la distancia del presidente, las envolventes de Rubalcaba pueden ser menos eficaces. El deseo de supervivencia de los catalanes puede aportar un soporte político mayor a una oposición en la que una sociedad no siempre bien liderada lleva casi todo el peso.

0 comentarios