Los obispos han tenido complejo a hablar de los mártires de la Guerra Civil por si se les tachaba de franquistas»
Los obispos han tenido complejo a hablar de los mártires de la Guerra Civil por si se les tachaba de franquistas»
-Usted comenzó muy joven a interesarse por Estenaga, ¿no?
-Efectivamente, empecé en el año 1986 hablando con ancianos canónigos de la catedral de Ciudad Real. Conocí entonces al historiador Hermenegildo Gómez Moreno, hombre muy afín a la catedral, que siempre me hablaba con cariño y admiración de Estenaga. Comencé a recopilar documentación y fue en 1990 cuando organicé una exposición que llevaba por título El Obispo Estenaga y su época.
-El camino no habrá sido fácil...
-La biografía de Estenaga ha constituido un reto para mí, con momentos de pasión por el personaje y otros momentos de dolor al ver cómo una figura que pertenecía al pueblo y a la Iglesia estaba tan abandonada en manos de la Iglesia Diocesana. Y es que hasta mediados de los años 90 los obispos españoles tuvieron cierto complejo a la hora de hablar de los mártires católicos durante la guerra Civil, por si se les tachaba de franquistas.
-Ha escrito una «magna» obra.
-En efecto. «Magna» no por el autor sino por el personaje protagonista y por la extensión. Ahora mismo estoy trabajando con una editorial nacional en la elaboración de la obra, que he dividido en dos volúmenes: Estenaga 1882-1922 y Estenaga 1923-1936, que cuentan con 759 y 1.030 páginas respectivamente, aunque todavía no se ha decidido si se publicará en dos o en un solo volumen. La primera parte está prologada por Fernando Lázaro Carreter, quien escribió esta colaboración antes de fallecer, con un epílogo de Pío Moa; mientras que la segunda lleva un prefacio del hijo del Rey Alfonso XIII, Leandro Alfonso de Borbón.
-Hablando del recién reconocido hijo de Alfonso XIII, le une con él una gran amistad.
-Ahora mismo estoy trabajando en la elaboración de un libro biográfico, encargado por el Infante de España e hijo de su Majestad el Rey Alfonso XIII, titulado; Alfonso XIII, visto por su hijo (Confesiones de S.A.R. el Infante de España Leandro Alfonso de Borbón Ruiz Austria) , que tiene que salir pronto a las librerías de toda España.
-Volviendo a Estenaga, usted está moviendo los hilos que están a su alcance para que el obispo riojano alcance los altares.
-Yo no diría tanto. Mi preocupación ha sido la de rehabilitar y recuperar la esencia y el perfil de un eminente obispo y personalidad de las ciencias históricas españolas. Sí es cierto es que el proceso de beatificación y canonización fue iniciado en 1956 y culminado en 1958; desde entonces esperaba en Roma la decisión del Papa. Yo lo que sí he hecho es pedir a mi amigo el monseñor Geor Ratzinger -hermano del Papa Benedicto XVI- que intercediera a fin de desbloquear dicho proceso. Y la guinda del pastel llegó hace unos días, cuando el Vaticano anunció el decreto sobre su martirio.
-Tengo entendido que desde hace muchos años viene reclamando una calle para Estenaga en su ciudad natal.
-Por ahora he clamado en el desierto. Escribí en su día a los tres últimos alcaldes, porque creo que Estenaga merece tener una calle en Logroño, pero ninguno aceptó mi sugerencia. Últimamente ha habido un ofrecimiento para que un retrato de Estenaga, pintado por Antonio López, esté en la Imperial Parroquia de Santa María de Palacio.
-Efectivamente, empecé en el año 1986 hablando con ancianos canónigos de la catedral de Ciudad Real. Conocí entonces al historiador Hermenegildo Gómez Moreno, hombre muy afín a la catedral, que siempre me hablaba con cariño y admiración de Estenaga. Comencé a recopilar documentación y fue en 1990 cuando organicé una exposición que llevaba por título El Obispo Estenaga y su época.
-El camino no habrá sido fácil...
-La biografía de Estenaga ha constituido un reto para mí, con momentos de pasión por el personaje y otros momentos de dolor al ver cómo una figura que pertenecía al pueblo y a la Iglesia estaba tan abandonada en manos de la Iglesia Diocesana. Y es que hasta mediados de los años 90 los obispos españoles tuvieron cierto complejo a la hora de hablar de los mártires católicos durante la guerra Civil, por si se les tachaba de franquistas.
-Ha escrito una «magna» obra.
-En efecto. «Magna» no por el autor sino por el personaje protagonista y por la extensión. Ahora mismo estoy trabajando con una editorial nacional en la elaboración de la obra, que he dividido en dos volúmenes: Estenaga 1882-1922 y Estenaga 1923-1936, que cuentan con 759 y 1.030 páginas respectivamente, aunque todavía no se ha decidido si se publicará en dos o en un solo volumen. La primera parte está prologada por Fernando Lázaro Carreter, quien escribió esta colaboración antes de fallecer, con un epílogo de Pío Moa; mientras que la segunda lleva un prefacio del hijo del Rey Alfonso XIII, Leandro Alfonso de Borbón.
-Hablando del recién reconocido hijo de Alfonso XIII, le une con él una gran amistad.
-Ahora mismo estoy trabajando en la elaboración de un libro biográfico, encargado por el Infante de España e hijo de su Majestad el Rey Alfonso XIII, titulado; Alfonso XIII, visto por su hijo (Confesiones de S.A.R. el Infante de España Leandro Alfonso de Borbón Ruiz Austria) , que tiene que salir pronto a las librerías de toda España.
-Volviendo a Estenaga, usted está moviendo los hilos que están a su alcance para que el obispo riojano alcance los altares.
-Yo no diría tanto. Mi preocupación ha sido la de rehabilitar y recuperar la esencia y el perfil de un eminente obispo y personalidad de las ciencias históricas españolas. Sí es cierto es que el proceso de beatificación y canonización fue iniciado en 1956 y culminado en 1958; desde entonces esperaba en Roma la decisión del Papa. Yo lo que sí he hecho es pedir a mi amigo el monseñor Geor Ratzinger -hermano del Papa Benedicto XVI- que intercediera a fin de desbloquear dicho proceso. Y la guinda del pastel llegó hace unos días, cuando el Vaticano anunció el decreto sobre su martirio.
-Tengo entendido que desde hace muchos años viene reclamando una calle para Estenaga en su ciudad natal.
-Por ahora he clamado en el desierto. Escribí en su día a los tres últimos alcaldes, porque creo que Estenaga merece tener una calle en Logroño, pero ninguno aceptó mi sugerencia. Últimamente ha habido un ofrecimiento para que un retrato de Estenaga, pintado por Antonio López, esté en la Imperial Parroquia de Santa María de Palacio.
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