Blogia
Blog Almena, noticias y opiniones desde la libertad

El impulso hacia...

El impulso hacia...

 

Cuando se navega a vela hay que tener muy en cuenta lo que indica el cataviento; un objeto tan simple como el constituido por un hilo de medio metro de longitud, con unas pequeñas tiras de tela en su extremo, colocado a bordo de forma que pueda recibir el viento sin interferencias. Una vez conocida la dirección del viento, por medio de tan sencillo objeto, se disponen las velas de forma adecuada para que el barco navegue hacia su objetivo, aunque a veces se tenga que voltejear ya que los vientos no siempre son todo lo favorables que, por necesarios, se desean. Es lo mismo que sucede con el avance de la sociedad a la que, por nacimiento o adopción, se pertenece. Es necesario conocer la dirección de los impulsos que recibe para poder orientar debidamente todo el sistema de avance, del que se dispone, y llegar a alcanzar la meta propuesta. ¿Se dispone del mejor cataviento posible?.

 

A veces, aunque el cataviento sea excelente, puede estar mal situado y no recoge la realidad de lo que en el ambiente hay sino algo distinto y, así, el avance de la sociedad no será el mejor. En otras ocasiones puede ocurrir que quien recibe la señales del cataviento no sabe qué hacer con ellas y, así, no se avanzará debidamente; puede que incluso se retroceda o se alcance una meta que no es la deseada y hasta inconveniente. Si lo que ocurre es que el cataviento está mal situado y, además, quien lo interpreta tiene ideas poco adecuadas a lo que debe ser el avance de la sociedad, los resultados no serán los mejores, ni siquiera buenos, para ese avance seguro, sin sobresaltos ni situaciones comprometidas, que es necesario.

 

Cada día hay que reflexionar sobre lo que se ha avanzado o, tal vez, retrocedido en ese empeño de alcanzar lo mejor, no solo para uno mismo sino también para el conjunto humano al que se pertenece y, por extensión, a toda la humanidad. Es el impulso hacia lo que en verdad demanda la esencia de la vida para todo ser humano; tanto más cuanto más elevado sea el puesto que se ocupe en la sociedad; tanto más cuanto más poder para gobernar se haya recibido; tanto más cuanto mayor sea la capacidad o posibilidad de entender que se posea. Hay que reflexionar cuidadosamente para interpretar exactamente cual es nuestro cometido en la vida y poder aprovechar, debidamente, el noble impulso hacia la verdad.

 

Hay ocasiones en las que se pretende realizar un examen detenido de lo ocurrido a lo largo de un tiempo mayor que un día. Es una reflexión en la que habrá que analizar lo hecho y lo por hacer. De esa reflexión, sincera y humilde, se obtendrán datos suficientes para enmendar aquello que no haya respondido a lo que en verdad se necesita y para mejorar todo lo que sea necesario. La autocomplacencia es una resbaladiza pendiente que conduce al error, porque no tiene en cuenta - ni siquiera admite - lo que se muestra como daño evidente.

 

¿Qué indica ese cataviento que se mantiene abierto para captar la intensidad y la dirección de las corrientes que afectan a nuestra sociedad?. Hay que verificar una y otra vez esas indicaciones, tal como se hace en los veleros para conocer lo que dicen los vientos y disponer el aparejo para avanzar con seguridad y eficacia. Sería disparate no utilizar el impulso hacia la verdad.

 

Manuel de la Hera Pacheco.- 31.Mayo.2006

0 comentarios