Muerte decente
Muerte decente
La muerte de Jorge León Escudero, persona tetrapléjico que necesitaba respiración asistida para vivir, ha conmocionado a la sociedad y a la vez ha suscitado un interesante debate sobre la eutanasia, que no nos sorprende debido a la maniobra ideológica que siempre funciona de la misma manera. Su hermano ha dado las gracias a quienes le han ayudado a suicidarse y ha calificado de “muerte decente”. Las personas tetrapléjicas o pentapléjicas no están deseando morirse, y mucho menos pidiendo que los eliminen, sino esperando ayuda, cariño y comprensión. Hay personas en situaciones límite, como Stephen Hawkins o el fallecido superman, que resultan mucho más ejemplares que otros en perfecto estado de salud.
En mi familia hemos vivido y compartido el dolor de una de mis nueras que murió con 31 años, después de casi cuatro años padecer una terrible enfermedad “esclerosis lateral amiatrofica”, vivió durante tres años sin poder moverse, ni hablar, alimentándola a través de una sonda en el estomago. Estaba rodeada de tanto cariño “ni siquiera pensaba en ella” la recuerdo siempre con la sonrisa, solo quería que todos estuviésemos felices, nunca pidió morir, solo cuando Dios la llamase. El concepto de dignidad humana, el sentido de la vida, de la libertad, y qué entendemos por persona, afectan al sentido de la muerte. Aceptar o no la eutanasia presupone un peculiar concepto del hombre y de su destino. La lamentable experiencia que vamos teniendo donde se tolera aconseja no permitir más, el asesinato por compasión.
Elena Baeza Villena
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