a Encuesta Social Europea revela que los españoles tienen una percepción relativamente positiva respecto a los inmigrantes
a Encuesta Social Europea revela que los españoles tienen una percepción relativamente positiva respecto a los inmigrantes
MADRID, 6 Jun. (EUROPA PRESS) -
Los españoles se encuentran entre los europeos con menos interés por la política, reflejado en un alto escepticismo hacia el Parlamento, el sistema judicial y los políticos en general, pero en cambio figuran entre los más proclives a participar en manifestaciones, lo cual indicaría una actitud "reactiva" ante problemas concretos. Asimismo, los españoles tienen una percepción relativamente positiva sobre la llegada de inmigrantes y consideran que la mujer debería estar dispuesta a reducir su jornada laboral por el bien de su familia.
Estas son algunas de las conclusiones de la segunda edición de la Encuesta Social Europea (ESE), presentada hoy en Madrid. La ESE, financiada por la Fundación Europea de la Ciencia y por la Comisión Europea --con participación, por parte de España, del Ministerio de Ciencia y Tecnología y de la Generalitat de Cataluña--, es un estudio efectuado entre septiembre de 2004 y febrero de 2005 en 25 países europeos, tanto de dentro como de fuera de la UE, a partir de más de 1.600 entrevistas personales. La anterior edición corresponde al año 2002.
"El elevado nivel de desafección política tiene que ver con el pasado político de las sociedades", afirmó el catedrático de la Universidad Pompeu Fabra y coordinador nacional de la ESE en España, Mariano Torcal, durante la rueda de prensa de presentación de la encuesta. En este sentido, el pasado dictatorial español se refleja en "una concepción negativa de lo político y de los mecanismos de representación política", prosiguió.
Como muestra de ello, afirmó, entre las personas que menos interés han mostrado por la política en España destacaron las de más edad. "Hay la percepción de que los jóvenes tienen poco interés por la política, pero en realidad tienen más interés que sus padres", comentó. "La mejor escuela de democracia es la democracia", añadió.
Según el presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), Fernando Vallespín, "hay casi una relación causal entre el tiempo en que una cultura ha vivido bajo un régimen dictatorial y la existencia de una cultura cívica", ya que una mayor tradición democrática permite sustituir "la conciencia de súbdito por la de ciudadano".
El informe refleja que en 2004 al 28 por ciento de los españoles no les interesaba "nada o muy poco" la política, lo que sitúa a España en el tercer lugar de desinterés, por debajo de Portugal y Grecia, y a mucha distancia de los países más interesados en política, Dinamarca, Noruega, Suecia, Suiza, Países Bajos y Alemania. Asimismo, los españoles con "poco" interés por la política se encuentran "en torno al 70 por ciento", según Torcal.
Aparte, el informe revela que, en una valoración de 0 a 10, los españoles conceden un 5,1 al Parlamento, un 4,7 al sistema judicial y un 3,7 a los políticos en general. Asimismo, sólo el 17,7 por ciento de los españoles participó en 2004 en una organización o asociación política, un dato que, siendo baja, coloca a España en un nivel relativamente alto, ya que está "por encima de muchas sociedades europeas", como Países Bajos, Francia, Bélgica o Reino Unido, indicó Mariano Torcal.
MANIFESTACIONES
En cambio, los españoles han mostrado un alto grado de participación en manifestaciones autorizadas. En 2002, con un 18 por ciento, España figuró en segundo lugar, por debajo de Luxemburgo (21). En 2004, un año particularmente movido por las manifestaciones contra la guerra en Irak o por el 'Pretige' y en un clima preelectoral, los españoles fueron, con gran diferencia, los europeos que más se manifestaron, con un 34 por ciento de los encuestados. El segundo fue Ucrania (que ese año vivió la llamada 'Revolución naranja'), con un 21,7.
Según Vallespín, esta propensión a manifestarse no es contradictoria con el desinterés por la política, ya que incluso refleja el grado de insatisfacción y de escepticismo hacia los políticos. "Es un caso de ciudadanía reactiva, que sólo reacciona cuando algo le perjudica a sus intereses", explicó.
El estudio revela también que los españoles han mejorado su percepción sobre los efectos socioeconómicos de los inmigrantes, ya que en una escala de 0 a 10 se ubican en el punto 5,6 a la hora de afirmar que la llegada de extranjeros es buena para la economía española (en 2002 el dato era de 5,4). En este aspecto, España se sitúa en primer lugar, por encima de Suecia (5,0) y Francia (4,7).
Aparte, los españoles consideran, con 5,1 de calificación, que los inmigrantes mejoran la vida del país (por debajo de Suecia o Polonia). En este punto también ha habido una leve mejoría respecto a la primera ESE de 2002, en la que la nota fue de 4,8.
En lo que hace a la integración europea, los españoles consideran (con 6 puntos sobre 10), al igual que polacos (6,7), griegos (6,5), ucranianos --que no pertenecen a la UE, con 6,5-- y eslovacos (6,3), que la integración europea debería ir más lejos. Los países que opinan que la integración ha ido demasiado lejos son Luxemburgo (3,8 sobre 10), Finlandia (4,4), Suecia (4,5), Reino Unido (4,6) y Austria (4,8).
SANIDAD, EDUCACIÓN, MERCADO
La encuesta revela también que el 55 por ciento de los españoles encuestados considera que la mujer debería estar dispuesta a reducir su jornada laboral por el bien de su familia, frente al 71,3 por ciento de los ucranianos, el 67,8 por ciento de los portugueses o el 63,6 por ciento de los suizos, en un extremo, y el 19,8 por ciento de los daneses, el 21,6 de los suecos o el 24,4 por ciento de los finlandeses.
Asimismo, la ESE indica que los ciudadanos europeos consideran que su salud es buena o muy buena. Los que peor se sienten son los ucranianos (26,1 por ciento) y los estonios (45,3) y los que mejor los irlandeses (85,4) y los suizos (84,5). Un 48 por ciento de los españoles considera que su salud es buena y un 16 por ciento que es muy buena.
En cuanto a satisfacción con su vida, los españoles alcanzan una nota de 7,13 sobre 10, frente a la media de los países encuestados, que es de 6,97. Los más satisfechos son los daneses y los islandeses (8,46) y los menos los ucranianos (4,44), los eslovacos (5,58), los portugueses (5,68) y los húngaros (5,69).
Respecto a los servicios públicos, la valoración de los españoles respecto al sistema sanitario "en términos relativos es elevado", según Mariano Torcal, e incluso supera (con 5,8 sobre 10) a países "con un elevado nivel de desarrollo del estado de bienestar", como Noruega (5,7), Reino Unido (5,4) o Suecia (5,2). Los países más satisfechos con su sistema sanitario son Bélgica (7,2) y Luxemburgo (7,1).
En cuanto al sistema educativo, los datos son "un poco peores, pero tampoco estamos en la cola de Europa", según el coordinador nacional de la ESE. Los españoles conceden un 5,3 sobre 10, muy por debajo de los finlandeses (7,9) o los daneses (7,3), pero ligeramente por encima de polacos, eslovacos o griegos (5,1) y muy superior a los portugueses (3,9) y los ucranianos (4,1).
En cuanto a la actitud frente a la economía, la mayoría de los españoles creen que no se debería engañar con los impuestos (81,8 por ciento). En los dos extremos se encuentran los estonios (89,7) y los húngaros (60,3 por ciento).
Asimismo, el 43 por ciento de los españoles se mostró de acuerdo y el 28 por ciento muy de acuerdo en que a las empresas sólo les preocupa obtener beneficios y no mejorar el servicio o la calidad para sus clientes. "No sólo hay una mala percepción del Parlamento, sino también de las empresas, es una desconfianza en las instituciones que está relacionada también con una percepción negativa de los sindicatos", explicó Torcal.
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