UNA TERCERA DEL DIRECTOR DE ABC A Suso de Toro le paran los pies tras su locura en "El País" No se le haría demasiado caso al personaje si no fuese porque el presidente del Gobierno ha confesado que se trata de uno de sus escritores de cabecera.
UNA TERCERA DEL DIRECTOR DE ABC A Suso de Toro le paran los pies tras su locura en "El País" No se le haría demasiado caso al personaje si no fuese porque el presidente del Gobierno ha confesado que se trata de uno de sus escritores de cabecera.
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No se le haría demasiado caso al personaje si no fuese porque el presidente del Gobierno ha confesado que se trata de uno de sus escritores de cabecera.
13 de agosto de 2006. El jefe del Ejecutivo le ha dado casi tanta popularidad a Suso de Toro como hace años se la dio Alfonso Guerra a las Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar. Es el poder de los políticos para popularizar a autores consagrados, como en el caso del entonces vicepresidente, que disparó las ventas de un libro que ya era un best seller al declarar que se lo estaba leyendo; o bien para dar a conocer al gran público a autores más bien minoritarios y de no unánime crítica, como en el caso del escritor gallego, de quien José Luis Rodríguez Zapatero dijo que no faltaba nunca un libro suyo en la mesilla de noche.
Desde entonces Suso de Toro es un valor de referencia para el entorno intelectual socialista. Y por eso llamó tanto la atención un artículo suyo en El País donde con circunloquios e indirectas para no pillarse los dedos casi venía a acusar al PP de estar pegándole fuego a Galicia para volver la catástrofe en contra de la Xunta de Emilio Pérez Touriño imitando la campaña que José María Aznar y Manuel Fraga padecieron a costa del Prestige.
La gravedad de sus palabras es grande, y por eso el director de ABC, José Antonio Zarzalejos, dedica este domingo una Tercera a ponerle los puntos sobre las íes, señalando que su artículo presta, "de nuevo, un servicio al guerracivilismo, últimamente un género periodístico (¿?) francamente concurrido".
Pretende De Toro, dice Zarzalejos, que "si la catástrofe del petrolero permitió orquestar una brutal campaña política, mediática, intelectual y social contra el Partido Popular, debe impedirse a toda costa que la indignación de la población gallega se vuelva contra los beneficiarios políticos de aquella marea negra no sea que ahora el socialismo y el nacionalismo en Galicia resulten imputados de incuria gestora que, por otra parte, han demostrado con creces".
Y es que "el nacionalismo en general -y los periféricos españoles en particular- están en la operación histórica sostenida de desprenderse de cualquier responsabilidad política o social", siguiendo "una épica ruralista según la cual los auténticos gallegos, vascos y catalanes padecen determinados problemas y registran no pocas carencias por el aplastamiento nacional de España, entendida ésta como un ectoplasma que se hace corpóreo ahora en el Partido Popular, antes en el socialista".
En suma, unas tesis "miserables" las de Suso de Toro, destinadas tan sólo a ser "la percha de donde colgar el victimismo y la irresponsabilidad".
Y con una duda que atormenta a muchos españoles: independientemente de sus méritos literarios (controvertidos, aunque ha sido Premio Nacional de Narrativa), ¿hasta qué punto De Toro influye políticamente en la mentalidad de Zapatero?
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