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Estatutos

Reforma del Estatuto Andaluz ¿Lo has leído? ¿Y tu que opinas?

Reforma del Estatuto Andaluz ¿Lo has leído? ¿Y tu que opinas?

LA GRAN MENTIRA (por José Jurado)

Tomado de Andalucía Liberal

En una ocasión –y creo que no volveré- sentí una gran entusiasmo y admiración por Don Manuel Chaves. Fue aquélla en que, empezándose a redactar el Proyecto del Estatuto andaluz, se estampó que “Andalucía era una Cominidad Autónoma dentro de la indisoluble unidad de la Nación española”,

Aquello culminaba todas mis pocas ilusiones autonómicas y compensaba el sentimiento de frustración que me produjo el hecho de que los catalanes lograran que en su estatuto se proclamara que “Cataluña es una Nación. Pero aquel entusiasmo, que se vio confirmado cuando el propio Chaves, en su altavoz televisivo, dijo que “Andalucia ni era Nación ni lo había sido nunca”,me duró pocas horas. Las justas hasta que Chaves recibió una monición del monclovita: -

- Pero, Manolo, ¿Qué has dicho? ¿Cómo vas a darle una bofetada a los catalanes dejándolos a ellos solos como una Nación junto a España? ¿No te das cuenta de que lo que yo pretendo es Un Estado Federal?. Andalucía tiene que ser Nación.

-¿Qué me dices, José Luis? ¿Cómo voy a desdecirme de lo que he dicho hace veinticuatro horas? Si eso es lo que pienso yo y la totalidad de los andaluces.

-Eso lo tienes que arreglar. Los compromisos que tengo con el tripartito no me permiten que tú saques los pies del plato y aparezcas como un facha más.

-¿Y qué puedo hacer?

- No digas que sois una comunidad dentro de España, sino una “realidad nacional”

-Pero eso es lo mismo que decir que somos una Nación. -No, no es igual. Te lo digo yo. Tú ponlo así y búscate un “entendido” que te haga un Preámbulo farragoso y con un “jipío”muy largo y la gente ni se entera.. Que hable de los ancestros de Andalucía, de los Omeyas, de Omar ben Hafsun, del Santo Reino, de las Cortes de Cádiz, de Blas Infante “Padre de la Patria Andaluza”, que ya dijo que cada pueblo tiene derecho a elegir su futuro, del flamenco, de la Giralda, del Betis y, si hace falta, de la Niña de los Peines.

Y, de acuerdo con las instrucciones del monclovita, se metió en el Estatuto lo de la “realidad nacional”. En vano muchos dijeron que ese era un concepto muy ambiguo porque también son realidades nacionales el Mulhacén, el Puente de Triana y el Rocío.

Yo esperaba que el Partido Popular mostrara firmeza, oponiéndose a ese engendro, pero Arenas se arrugó.Y menos mal que logró que en el art 2º se hiciera constar que “la Constitución reconoce a Andalucía como una nacionalidad en el marco de la unidad indisoluble de España”.

Y esta es la gran mentira porque la Constitución ni dice qué es una nacionalidad, ni cuáles son las históricas, ni equipara Nación a nacionalidad. Andalucía ni es Nación ni lo ha sido nunca. Ya lo sabes, andaluz: Si crees que no hay otra Nación que España, forjada a lo largo de los siglos y que su unidad es indisoluble VOTA NO EN EL REFERENDUM.

14 Enero 2007

Abstención, mayoría absoluta en Cataluña

Abstención, mayoría absoluta en Cataluña

http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=5947&id_seccion=6

Si el referendum fuese en Italia o se aplicase la norma de la UE para Montenegro, la abstención anularía el Estatut.

La Cataluña con derecho a voto se ha dividido en dos mitades: la que fue a votar y la que no; éstos últimos, fueron más. En concreto, al final hubo más abstencionistas que votantes: los abstencionistas ganaron por 61.000 personas. Fueron a las urnas algo más de 2 millones y medio de catalanes (2.569.268).
El Estatut ha sido aprobado por 1,88 millones de votantes, el 73% de los que han votado. Pero en un referéndum, los votos en blanco y la abstención también cuentan. En Italia, con una participación del 49,4% -como ha sido el caso en este Estatut- un referendum no tiene validez y el Estatut no se habría aprobado.
Hace unas semanas, la Unión Europea ponía un listón de participación del 50% y un 55% de síes en el referendum de Montenegro. En Cataluña no se ha llegado a ese 50%. Una participación tan baja, por lo tanto, deslegitima o invalida un referendum en muchos países y sistemas. La particularidad del sistema español es lo que permite brindar con cava hoy a los tres partidos que consiguieron reunir 1,88 millones de votos después de dos años y medio de campaña intensiva y con el apoyo de los grandes medios públicos y privados.

La UE pedía una participación del 50% en el referendum de Montenegro; Cataluña no ha llegado.
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La abstención ha sido la más alta de todos los referendos celebrados en Cataluña (excepto el pasado de la Constitución Europea, con sólo un 40,9% de participación). Este Estatut ha contado con una participación 10,2 puntos menor que el de 1979: del 59,6% al 49,4%.
También es curioso comparar con las elecciones catalanas de hace tres años. Cuando a los catalanes se les pidió que se pronunciasen sobre quién les ha de gobernar durante sólo 4 años, el 63,4% fue a las urnas. En cambio, cuando se les pide que se pronuncien sobre un Estatut que les va a afectar 20 años o más, no va a votar ni la mitad del censo.
La diferencia con las generales del 2004 es abismal (de ¡26 puntos!): el 75,6% del censo catalán fue a votar en 2004 quién gobernaría España durante 4 años. Una tercera parte de estos no ha ido a votar cómo se legislará en Cataluña los próximos decenios.
La abstención castiga a los partidos
Los partidos del sí (CiU, PSC, ICV) en las pasadas elecciones catalanas del 2003 sumaban un 43,18% de la población con derecho a voto (ojo, no sobre voto emitido). Los del no, un 17,66%. ¿Han conseguido activar e ilusionar a sus votantes para este referendum? En absoluto. El "sí" sólo ha activado al 37% de las personas con derecho a voto y el "no" apenas un poco más del 10%. Miles y miles de votantes de los partidos se han quedado en casa. ¿Qué votantes y qué partidos? Esa es la clave para saber qué significa la abstención.
Al final, después de dos años de campaña, con el Estatut ocupando portadas y más portadas, como el proyecto principal de los partidos catalanes, sólo el 37% de las personas con derecho a voto lo ha apoyado con su voto 
¿Cuánta gente será gobernada bajo este Estatut?
El Estatut generará leyes que se aplicarán en Cataluña. ¿Cuántos habitantes tiene Cataluña? Aunque los niños y extranjeros no tienen derecho a voto, son muchos habitantes que serán gobernados bajo las leyes que salgan del Estatut.
Según anunciaba en enero de 2006 la consellera de sanidad, Marina Geli, el número de tarjetas sanitarias en Cataluña roza los 7,2 millones. Este documento se concede a quien esté empadronado y pasa a recogerlo, por lo que según Marina Geli la cifra de casi 7,2 millones de personas "es la Cataluña real", aunque admitió que la población puede ser ligeramente superior porque todavía quedan ciudadanos que, por ignorancia, no reclaman la tarjeta sanitaria para no desvelar la situación irregular en la que se encuentran.
Si hay 7,2 millones de habitantes, y serán regidos durante años por un Estatut que contó con 1,88 millones de votos, significa que sólo el 26% de los habitantes reales de Cataluña (de la "Cataluña real", que dice Geli) ha apoyado con su voto favorable el Estatut.
Es decir, el 74% de los actuales habitantes de Cataluña serán gobernados por una ley que aprobó sólo el otro 26% de habitantes (los que, pudiendo votar, votaron sí). 
Más allá de la reflexión sobre cómo nuestro sistema político debería representar de alguna manera a los niños o los extranjeros (habitantes sin cauce de expresión en el actual sistema), el ciudadano puede pedir a los medios de comunicación que sean más estrictos al hablar de "el Estatuto de todos los catalanes" o incluso de "la mayoría de los catalanes". Matemáticamente, sólo uno de cada cuatro habitantes ha votado a favor.  

 

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Otras direcciones de internet relacionadas:
  http://referendum2006.gencat.cat/ctlno/refe/REFTOP.htm
Resultados Estatut, cifras de la Generalitat

Aprobado legal, fracaso moral

Aprobado legal, fracaso moral

http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=5956


Los resultados del referéndum sobre el Estatuto de Autonomía de Cataluña muestran unos hechos obvios. El primero es que el SI ha vencido claramente.

El Estatuto, por consiguiente, contará el beneplácito de su legalidad, a reserva de lo que pueda llegar a establecer el Tribunal Constitucional. Al tiempo, también es evidente que sólo un 37% de las personas con derecho a voto lo ha apoyado.

El resto se ha dividido entre una abstención extraordinariamente alta, el NO y los votos en blanco.

Los resultados han sido netamente peores que los del Estatuto de 1979, tanto por lo que se refiere a la abstención como a los votos afirmativos y negativos.

Es evidente que se trata de un Estatuto que no ha despertado la adhesión de las personas. Seguramente sobre este dato influyen tres factores.  Uno, los contenidos, como en el caso del Título I que por sí solo ha dado pie a una campaña contraria a su apoyo por parte de las organizaciones cristianas.

Otro es el procedimiento seguido a lo largo de dos años y medio y que ha creado una sensación pésima en torno a los políticos catalanes entre la propia sociedad.
El tercero, y no menor, la percepción de que el Estatuto ha monopolizado de una manera exclusiva la atención de la política y han quedado relegadas cuestiones vitales como la seguridad, la inmigración, la vivienda y tantas otras que influyen en la vida cotidiana.

Podríamos decir que el Referéndum ha dado pie a un grito: “¡Estamos hartos!”

Una segunda consideración, nada menor, es comparar los resultados que los partidos del bloque del SI y del NO alcanzaron en las pasadas elecciones autonómicas. La conclusión salta a la vista: Todos pierden posiciones. El bloque del SI, a pesar de su potencial político, económico y mediático se ha situado seis puntos por debajo de la cifra registrada en las elecciones para el Parlamento de Cataluña. El NO, por su parte, ha perdido siete puntos.

Que cada cual lo lea como quiera pero nos parece evidente que existe un rechazo ciudadano generalizado que incluso puede medirse.

En efecto, una participación razonable se puede considerar que se habría situado entre el 60 y el 65% (aunque en términos de salud social sería francamente baja). Estos 10-15 puntos de diferencia que representan entre algo más de medio millón y setecientas cincuenta mil personas es el valor de la abstención política específica.

Esta cifra, a su vez, es coherente con la encuesta llevada a cabo por el Instituto de Estudios del Capital Social – CIDE de la Universidad Abat Oliba-CEU, en el sentido de que en la perspectiva de las próximas elecciones autonómicas hay del orden de medio millón de ciudadanos que votaron en las anteriores y que ahora dicen que no saben a quien votarán. Es decir, que de momento no piensan repetir la confianza al partido que en su día apoyaron.

El Estatuto encierra en este sentido un profundo fracaso moral que afecta a todas las fuerzas políticas, pero de manera singular a aquellos que tienen un mayor poder, que además han ejercido a fondo.

De esta partida Pasqual Maragall y Rodríguez Zapatero reciben, propaganda al margen, un duro golpe. El pretendido carisma de ZP en Cataluña no ha funcionado y lo único que ha conseguido es una desafección socialista, precisamente en sus feudos principales.

CIU PIDIÓ QUE VOTARÁ LA MITAD DEL CENSO PARA QUE UN REFERÉNDUM FUERA VÁLIDO

CIU PIDIÓ QUE VOTARÁ LA MITAD DEL CENSO PARA QUE UN REFERÉNDUM FUERA VÁLIDO
Todos los partidos catalanes pedían una participación mínima del 50 por ciento para legitimar el Estatuto
El PP pidió este domingo la paralización de la aplicación del Estatuto catalán por su altísima abstención –más del 50 por ciento-, lo que le ha valido las críticas de los partidos y ser tachado de "antidemocrático". Sin embargo, todos los partidos políticos catalanes consideraron antes del referéndum que la participación debía ser de un mínimo del 50 por ciento para ser valorada la consulta. CiU planteó este año una iniciativa legislativa para fijar en un mínimo del 50 por ciento la participación para que fueran válidos los referéndum.

http://www.libertaddigital.es/noticias/noticia_1276281743.html

 

(Libertad Digital) Mariano Rajoy pidió el domingo al conocerse que sólo el 49,4 de los catalanes había votado en el referéndum que se paralizase el Estatuto. "Dos de cada tres ciudadanos de Cataluña no han apoyado", dijo. El secretario de Organización de los socialistas, José Blanco, acusó al PP de "salirse de la vía democrática" por esta petición.
El pasado año, cuando se debatía el Plan Ibarretxe, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, advirtió al lehendakari, Juan José Ibarretxe, que un plan que cuente sólo con el 1 por ciento de apoyos está abocado al fracaso. “Las normas políticas aprobadas con el 51% (caso del Plan Ibarretxe) acaban en el fracaso”, añadió Zapatero, quien subrayó que se puede gobernar con toda legitimidad común apoyo de ese porcentaje, pero para aprobar una norma básica no sirve.
Todos los partidos catalanes se han manifestado en la misma línea sobre la aprobación del Estatuto catalán. El presidente de la Generalidad, Pascual Maragall, situó en un 50% la participación mínima para valorar la consulta y en 70% los votos favorables al texto. Preguntado sobre cuál sería a su juicio un resultado positivo, Maragall cifró en un 50% la participación.
El presidente del Parlamento catalán, Ernest Benach dijo que sería “deseable” que la participación en el referéndum sobre el Estatut supere la de “las últimas  elecciones municipales, donde en determinados ámbitos de grandes ciudades había una participación del cincuenta y poco por ciento”.
La vicepresidente del PSC, Manuela de Madre, se mostró “”absolutamente convencida” de que la participación en el referéndum  se situaría en torno al 60% de la población censada y de que el sí se impondrá claramente en las urnas, con cerca del 70% de los votos. “Y si continuamos así igual llegamos al 62% de participación”, añadió de Madre, que “como andaluza de nacimiento” que es reconoció que es u “poco bruja”. El portavoz del PSC , Miqel Iceta, apostó por una participación de alrededor el 60%, similar a la que hubo en 1979.
El presidente de CiU, Artur Mas, afirmó que el resultado del referéndum sería “mínimamente bueno” si lo síes superan a los noes y si además la participación pasaba del 50 % y de “narices” si participan más del 60% del electorado. Según Mas, la participación tenía que estar por encima del 50% ya que de lo contrario Cataluña carecería de “autoridad y fuerza” para negociar ante Madrid al aplicación y desarrollo el texto. El secretario general de CíU , Josep Antoni Durán Lleida consideró que “una victoria del `sí´ por los pelos y una baja participación, daríamos fuerza política y moral al PP y al mismo Tribunal Constitucional  o al Gobierno a la hora de interpretarlo y aplicarlo para concretar las aspiraciones respecto al Estatuto.
El consejero de Relaciones Institucionales, Joan Saura, dijo que “necesitamos una participación fuerte y un sí masivo porque lo contrario significaría dar la razón al PP . “Un sí importante daría fuerza al gobierno catalán para negociar. En cambio, si la gente pasa del Estaut, ¿cómo vas al día siguiente a negociar la propuesta de financiación?”. Para Joan Saura, “la participación se ha de situar por encima del 50% y ha de haber una mayoría holgada de síes”.
Por otra parte, el Grupo Parlamentario Catalán en el Senado de Convergencia i Unió (GP CiU) presentó este año una enmienda a la Proposición de Ley de modificación de la Ley Orgánica 3/ 1984, de 26 de marzo, reguladora de la Iniciativa Legislativa Popular para "fijar un mínimo de un 50 por ciento de participación del Censo Electoral en la celebración de un referéndum para que el mismo pueda ser declarado válido, bien sea en el caso de los referéndum vinculantes, bien sea en el caso de los referéndum consultivos.”
Según CiU, "en la línea de las legislaciones europeas más avanzadas y perfeccionadas sobre legislación de referéndum, parece oportuno afrontar una modificación de la legislación vigente en orden a fijar un mínimo de participación del Censo Electoral para declarar válida la consulta popular. Las normas de juego de la democracia, en situaciones tan sensibles como las que son sometidas a consulta directa de la población, exigen, como mínimo, una participación de la mitad del censo Electoral para tener un valor político y jurídico relevante".
Le enmienda fue rechazada por el PP porque se debatía fuera de su marco jurídico. Es decir, no correspondía al debate sobre la iniciativa legislativa popular una enmienda que afectaba a otra ley orgánica que es la que regula la celebración de referéndum.
En palabras de José Antonio Bermúdez de Castro, la enmienda "afecta a un mecanismo de participación distinto, como es el referéndum, que tiene su propia ley reguladora. Ya anunciaba el señor Xuclá que creía que iba a tener poco éxito. El contenido de esta enmienda nos daría para un debate monográfico y entenderá que no la valoremos, porque repito que versa sobre una materia y un derecho distinto al de la iniciativa popular, que es lo que hoy sometemos a debate.”

Estatuto andaluz. Sólo para minorías

Estatuto andaluz. Sólo para minorías

Sr. Director:

Legislar para unos pocos supone dar la espalda al conjunto y al futuro que representa la familia, que es el núcleo, el origen de la sociedad en la que vivimos. El borrador del Estatuto de Andalucía, en su artículo 35 proclama como derecho el respeto a la orientación sexual de las personas. El nuevo texto excede sus competencias, roza la inconstuticionalidad, al proclamar derechos inexistentes, cuando la función de un estatuto autonómico es regular derechos, no proclamar derechos nuevos.

No contento con esto, el art. 35 del nuevo Estatuto no se limita a imponer a los poderes públicos el deber de garantizar el ejercicio de este derecho recién inventado, sino que les obliga a “promoverlo activamente”. Esto da lugar a una clara intromisión en la intimidad de las personas y quiebra el principio de neutralidad política de las administraciones públicas, imponiendo a todos los ciudadanos unas tesis ideológicas que no compartimos ni asumimos el conjunto de los andaluces, vulnerando también de esta forma el artículo 16 de la Constitución, que garantiza el derecho a la libertad ideológica y de conciencia.

Es completamente injusto que se legisle convirtiendo la excepción en norma y generalizando a toda la sociedad la situación particular de una minoría de personas, dejando de lado a la gran mayoría que apuestan por un matrimonio, entendido como la unión entre un hombre y una mujer, una unión abierta a la vida donde se valora el amor y la fidelidad al otro.

Espero que por el bien de los andaluces, de sus familias y de todos los españoles se modifique este artículo, que no responde en medida alguna a la realidad social de Andalucía y que es contrario a la naturaleza de la persona, a las libertades y a los derechos fundamentales que recoge nuestra Constitución.

Juan A. Jurado Ballesta

jujuba@andaluciajunta.es

Por un plato de lentejas

Por un plato de lentejas

Sr. Director:

Durante los meses de estudio del Estatut, desde CiU se habían mostrado contrarios a la filosofía que impregna todo el Titulo Primero. Desde uno de los partidos que forma la coalición si apretó en la aprobación en el Parlament, dando con ello muestras de hacer honor a su nombre y al mantenimiento de un humanismo cristiano en el pueblo y en las instituciones catalanas. Después de la segunda conversación entre Rodríguez y Mas, toda la presión se ha acabado, ni en comisión, ni en el Pleno del Congreso, ni siquiera en el Senado donde con el PP podían haber mejorado el texto, CiU no han vuelto a abrir la boca ni a intentado mejorar el articulado del Título I.

Muchos votantes de estos partidos tenemos la sensación de que como Esaú, CiU ha vendido los derechos de primogenitura (una Cataluña libre, democrática y humana, respetuosa con el derecho a la vida y a la educación de todos) por un plato de lentejas. ¿Qué son las lentejas o qué ha prometido Rodríguez a Mas para que este y sus partidos actúen de esta manera? Argumentando que con un gobierno liberal eso no se aplicará, tienen la cara dura para pedirnos el SI en el referéndum. Con el mío que no cuenten.

Jesús D. Mez Madrid

je.do.madrid@gmail.com

“Si gana Cataluña, no gana el PP” nuevo slogan del PSC

“Si gana Cataluña, no gana el PP” nuevo slogan del PSC

El PSC ha reculado tras la denuncia de los populares ante la Junta Electoral por el mal tono de su eslogan para el Referéndum del 18-J. Sin embargo, el cambio tampoco se ha notado demasiado. “Si gana Cataluña, no gana el PP”. En el fondo el mensaje es el mismo. El PSC no trata de vender más catalanismo. Sus bases no se lo permitirían. Sin embargo, el mensaje antiPP vende muy bien. Y no porque –como defienden los convergentes- exista una percepción de que Cataluña fue agredida durante la última legislatura de Aznar, sino porque la masa ‘charnega’ votante del PSC es visceralmente antiPP.

Y como ya hemos informado, no es la primera vez que el PSC utiliza un eslogan antiPP en sus campañas. Al menos en tres ocasiones ha utilizado las entrañas ‘anti-burguesas’ de la masa electoral andaluza para buscar réditos políticos. Y como dijimos, la fórmula funciona. Lo que pasa es que genera una fractura social difícilmente solventable. Pero el PSC –como el PSOE- apuestan por el corto plazo. Y ahora de lo que se trata es de asegurar el 18J. Lo demás, que lo resuelvan los siguientes.

Valcárcel y Arenas defienden que Andalucía asuma las competencias del Guadalquivir

Valcárcel y Arenas defienden que Andalucía asuma las competencias del Guadalquivir
Además señalan como "imprescindible en la España común" el trasvase de agua de las cuencas excendentarias a otras comunidades que necesitan esos recursos hídricos
El presidente del PP-A, Javier Arenas, y el presidente de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, acordaron hoy en Almería un comunicado conjunto sobre política de agua en el que defienden que Andalucía asuma las competencias del Guadalquivir, en el marco de la Constitución, respetando la legislación del Estado y con el acuerdo y la participación de las comunidades autónomas que comparten la cuenca.
Además, el acuerdo señala como "imprescindible en la España común" el trasvase de agua de las cuencas excendentarias a otras comunidades que necesitan esos recursos hídricos. Estos principios, se concretarán en enmiendas a la proposición de Ley de reforma del Estatuto de Autonomía de Andalucía durante su tramitación en el Congreso de los Diputados.
En el documento acordado entre Arenas y Valcárcel, remitido a Europa Press, se critica que el presidente de la Junta, Manuel Chaves, no haya dudado "en atribuirse en el nuevo Estatuto andaluz la competencia exclusiva de la gestión del Guadalquivir, un río cuya cuenca afecta a los territorios de las comunidades autónomas de Extremadura, Murcia y Castilla-La Mancha".
Esta reclamación competencial del Guadalquivir, según se indica, ha contado con "el rechazo" de los ministros de Medio Ambiente, Cristina Narbona, y de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, así como del presidente de Extremadura, el socialista Juan Carlos Rodríguez Ibarra.
El documento se inicia poniendo de manifiesto que la Constitución Española establece un modelo territorial basado en la igualdad y la solidaridad entre las diferentes comunidades. Esa solidaridad, según se añade, se materializó en materia de política hidráulica en un Plan Hidrológico Nacional que elaboró y presupuestó el anterior Gobierno del PP como proyecto de solidaridad y de vertebración territorial y que, entre otras actuaciones, contemplaba el trasvase de agua excedentaria del río Ebro al arco mediterráneo andaluz.
Se añade que, sin embargo, tras la llegada del PSOE al Gobierno central "se abandonó esta apuesta por la solidaridad interterritorial que establece la Constitución", ya que, se decidió la derogación del PHN. "El decreto anti-agua de Rodríguez Zapatero negó el agua a gran parte del levante español y a Andalucía y supuso, además, la pérdida en inversiones de más de mil millones de euros para unas comunidades en las que la escasez de agua es uno de sus principales problemas estructurales", indica el documento.
Según los datos del PP, en lo que llevamos de año hidrológico, el Ebro ha vertido al mar cinco veces la cantidad de agua prevista en el trasvase para las comunidades de Valencia, Murcia, y una parte de Andalucía, mientras que lamenta que de nada hayan servido "las manifestaciones en la calle de una gran parte de la ciudadanía española que reclama 'agua para todos".
Arenas y Valcárcel indica en el documento acordado que, en Andalucía, el PSOE y el presidente de la Junta, Manuel Chaves, "han sido cómplices de esta insolidaridad en materia de agua y han actuado como aval de los acuerdos del Gobierno de Rodríguez Zapatero con quienes prefieren tirar agua al mar que contribuir a la riqueza y la prosperidad de otras regiones de España".
De igual manera, se señala que, siendo conscientes de la importancia vital del agua para las regiones del arco mediterráneo, el PP andaluz defendió que la reforma del Estatuto de Autonomía de Andalucía contemplase el derecho a la redistribución de los excedentes de agua de otras cuencas, según criterios de sostenibilidad. Esta propuesta, según se apunta, está recogida en el actual Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana con el apoyo del PSOE, que, sin embargo, "la ha rechazado en Andalucía".
En este sentido, Arenas y Valcárcel, frente a la política de "insolidaridad y de ruptura" de los socialistas apuestan por la "solidaridad y la cohesión nacional" y se comprometen a defender que se trasvase agua de las cuencas que sean excedentarias a otras comunidades que necesitan esos recursos hídricos para el progreso y el bienestar de sus ciudadanos, y que Andalucía asuma competencias de la cuenca del Guadalquivir, "siempre en el marco de la Constitución Española, respetando la legislación del Estado, y contando con el acuerdo y la participación de las comunidades autónomas que comparten la cuenca".