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Iglesia

El arzobispo de Granada lamenta que la querella contra su persona "haya sido divulgada con la pretensión de dañar a la Iglesia"

El arzobispo de Granada lamenta que la querella contra su persona "haya sido divulgada con la pretensión de dañar a la Iglesia"

Redaccion - 06/06/2006
El arzobispo de Granada, monseñor Francisco Javier Martínez, respondió ayer ante el juez como fruto de una querella de orden penal interpuesta contra él por un sacerdote de la Diócesis

http://www.analisisdigital.com/Noticias/Noticia.asp?id=12550&idNodo=-3


 

Mediante un comunicado, el obispo de Granada hizo público ayer que todas las actuaciones que dan lugar a la querella, es decir, la privación de unos encargos y de un “oficio” en una institución de la Iglesia diocesana, como es el Cabildo Catedral “son actos de gobierno interno de la Iglesia, realizados según su normativa propia, y que son competencia de la jurisdicción de un Obispo Diocesano en el libre ejercicio de su ministerio”.

En este sentido, subrayó que “el Obispo ha de gobernar la Iglesia que le ha sido confiada y proteger sus bienes según su derecho estatutario propio. En algunas de las actuaciones que se mencionan en la querella, como la suspensión a este sacerdote en el ejercicio de su ministerio sacerdotal, precisamente por llevar a su Obispo a los tribunales civiles, un Obispo está obligado a tomar esa dolorosa medida, y no hacerlo supondría una grave dejación de sus deberes”.

Los hechos vienen de más atrás. El pasado mes de diciembre cuando el ahora ex canónigo pidió al arzobispo de Granada que se retractara de las acusaciones realizadas en una carta sobre una supuesta apropiación indebida de los derechos de propiedad intelectual del libro de la Catedral.

Monseñor Martínez recordó que el ordenamiento interno de la Iglesia está reconocido por los Acuerdos suscritos entre la Santa Sede y el Estado Español el 28 de julio de 1976 y el 3 de enero de 1979, y que tienen el rango de tratados internacionales. Además, están incorporados y forman parte, del ordenamiento jurídico español. De esta manera, reconoció que acató la jurisdicción propia de la Iglesia.

Así, comentó que “su remoción en el oficio de canónigo, está vinculada sobre todo al hecho siguiente: la negativa del querellante a entregar al Arzobispo y al Cabildo, con el fin de que pudieran disponer de forma adecuada sobre su publicación, un libro de la Catedral en sus aspectos teológicos y pastorales”, que le había sido encargado en el año 2000 por el arzobispo y el Cabildo.

El sacerdote que interpuso la querella apeló primero a la Santa Sede, y después se dirigió a los tribunales civiles. El arzobispo de Granada afirmó que nunca ha tenido el móvil de dañar en modo alguno la persona del querellante, sino sólo gobernar la Diócesis para bien de la misma, y administrar sus bienes, de acuerdo con la responsabilidad que tiene confiada. Y constató que prueba de ello es que “nunca en sus actuaciones ha tomado la iniciativa, sino que ha obrado siempre en función de otras acciones del querellante que le obligaban a tomar medidas para preservar la libertad o los derechos de la Iglesia, y que jamás ha dado publicidad alguna a las medidas disciplinares que le ha sido preciso tomar, que hubiera sido más cómodo no tomar, y que también hubiera deseado no tener que tomar”.

Finalmente, mostró su dolor por el asunto, “interno y de familia” y lamentó que “no haya sido resuelto por las vías propias de la familia misma, y porque haya sido divulgado de una manera del todo desproporcionada, con ligereza y sin respeto a la verdad, con la pretensión de dañar a la Iglesia”.

 

Nota de prensa sobre la Declaración del arzobispo de Granada en el Juzgado

ODISUR - 05/06/2006

Como se sabe, el Arzobispo de Granada ha declarado esta mañana ante el juez de instrucción, como fruto de una querella de orden penal interpuesta contra él por un sacerdote de la Diócesis. La declaración del Arzobispo se ha centrado en los siguientes puntos:

Todas las actuaciones que dan lugar a la querella (básicamente, la privación de unos encargos y de un “oficio” en una institución de la Iglesia diocesana, como es el Cabildo Catedral), son actos de gobierno interno de la Iglesia, realizados según su normativa propia, y que son competencia de la jurisdicción de un Obispo Diocesano en el libre ejercicio de su ministerio. El Obispo ha de gobernar la Iglesia que le ha sido confiada y proteger sus bienes según su derecho estatutario propio. En algunas de las actuaciones que se mencionan en la querella, como la suspensión a este sacerdote en el ejercicio de su ministerio sacerdotal, precisamente por llevar a su Obispo a los tribunales civiles, un Obispo está obligado a tomar esa dolorosa medida, y no hacerlo supondría una grave dejación de sus deberes.

El ordenamiento interno de la Iglesia está reconocido por los Acuerdos suscritos entre la Santa Sede y el Estado Español el 28 de julio de 1976 y el 3 de enero de 1979. Estos acuerdos tienen el rango de tratados internacionales, que según el artículo 96 de la Constitución Española están incorporados y forman parte, del ordenamiento jurídico español. Por otra parte, el querellante se ha sometido a sí mismo libremente a esa disciplina y a esa jurisdicción de la Iglesia, como fiel cristiano, puesto que la Iglesia es una libre asociación de personas en la que uno está porque considera que el estar en ella constituye un bien decisivo para la propia vida. Y además como sacerdote, acto también para el que la misma Iglesia exige como requisito indispensable la libertad, y para el que hizo solemne y públicamente una promesa de obediencia a su Obispo y a sus sucesores.

El querellante, por otra parte, ha reconocido reiteradamente la jurisdicción propia de la Iglesia abundantemente mientras ha creído que eso le era útil. Así, por ejemplo, su remoción en el oficio de canónigo, está vinculada sobre todo al hecho siguiente: la negativa del querellante a entregar al Arzobispo y al Cabildo, con el fin de que pudieran disponer de forma adecuada sobre su publicación, un libro de la Catedral “en sus aspectos teológicos y pastorales”, que le había sido encargado en el año 2000 por el propio Arzobispo y el Cabildo. Pues bien, en relación con este hecho de su remoción, el sacerdote que ha interpuesto la querella había apelado primero a la Santa

Sede, quien le impuso unas condiciones que nunca cumplió, a raíz de lo cual abandonó ese ámbito jurisdiccional y se dirigió a los tribunales civiles.

El Arzobispo ha sostenido en su declaración que su actuación, siempre dentro del derecho estatutario de la Iglesia, nunca ha tenido el móvil de dañar en modo alguno la persona del querellante, sino sólo gobernar la Diócesis para bien de la misma, y administrar sus bienes, de acuerdo con la responsabilidad que tiene confiada. Prueba de ello es que nunca en sus actuaciones ha tomado la iniciativa, sino que ha obrado siempre en función de otras acciones del querellante que le obligaban a tomar medidas para preservar la libertad o los derechos de la Iglesia, y que jamás ha dado publicidad alguna a las medidas disciplinares que le ha sido preciso tomar, que hubiera sido más cómodo no tomar, y que también hubiera deseado no tener que tomar.

El Arzobispo manifiesta también en esta nota el dolor porque todo este asunto, interno y de familia, no haya sido resuelto por las vías propias de la familia misma, y porque haya sido divulgado de una manera del todo desproporcionada, con ligereza y sin respeto a la verdad, con la pretensión de dañar a la Iglesia. Igualmente ruega al Señor, para todos los fieles, la gracia de la comunión y del amor más grande, fuente de toda verdadera alegría. Entre cristianos, nunca las vías de la reconciliación están agotadas. Y pide también para las personas de buena voluntad, aunque no sean miembros de la comunidad cristiana, el discernimiento para reconocer la verdad. Según la frase de
Jesucristo en el evangelio, que además constituye el lema episcopal del Arzobispo, “La verdad os hará libres”, verdad y libertad, y por lo tanto, también verdad y amor, van de la mano y no existen nunca la una sin la otra.

Son pocos pero arman bulla: son los de siempre

Son pocos pero arman bulla: son los de siempre

Marosa Montañés

http://www.conoze.com/doc.php?doc=4391

 

En la cuenta atrás de la visita de Benedicto XVI a Valencia para clausurar el VEMF, determinados y conocidos colectivos minoritarios han iniciado su campaña anti-Papa y olvidan algo esencial "Benedicto XVI y el VEMF no van contra nadie, no son anti-nada"; al revés, son constructivos, apuntan a un futuro repleto de esperanza y aúnan todo tipo de voluntades y creencias.

Pero esta verdad-realidad-mensaje claro,- por lo visto- es difícil de entender y asimilar ...; quizá todo tenga una única explicación: a unos pocos la verdad de las cosas, de las personas, de la sociedad, de la humanidad ...les repele, no les gusta, no la aceptan y no les basta con "soportarla" y deciden oponerse de forma violenta sin respetar a los que viven convencidos de que existe la verdad, esa que se escriba con Mayúscula y también con minúscula. Los partidarios de la verdad no protestan ante los que no la reconocen pero los "opositores" no dejan en paz a los que intentan vivir de acuerdo con la Verdad. Y como quieren inventarse su" propia verdad", este experimento no les sale porque esta repleta de falsedades y de verdades a medias.

¿Qué es verdad para Benedicto XVI y para el VEMF?; quizá lo que no es verdad sean estas afirmaciones: los bebés a la carta, los embriones descongelados, los abortos provocados, los llamados cuidados paliativos con el disfraz de eutanasia, las parejas del mismo sexo, y las adopciones por parejas del mismo sexo, o todo tipo de experimentos con células madres embrionarias entre otras aberraciones.

Pero si todo esto es crucial, más lo es lo que sí es verdad: el amor "fuerte" entre un hombre y una mujer, y entre los miembros de la familia; la educación "por ósmosis" porque los padres viven lo que dicen; las familias numerosas consideradas la auténtica riqueza de un país; la adopción de bebés por matrimonios que no pueden tenerlos, y entender la familia como el lugar donde la amistad es un valor en alza, o donde se es persona por lo que se es no por lo que se tiene o donde se es feliz porque no está desestructurada. No aceptar que es en la verdadera familia donde el hombre se encuentra a sí mismo quizá se deba a que los colectivos minoritarios "protestantes" han carecido o carecen de familia. Y eso si es una desgracia.

Chusca venganza de la Junta de Andalucía

Chusca venganza de la Junta de Andalucía
J. Cabeza de Vaca

http://www.analisisdigital.com/Noticias/Noticia.asp?id=12278&idNodo=-5

La Junta de Andalucía ha ordenado a un colegio de Baeza, Jaén, la retirada de todos los crucifijos de un colegio. La circular que hizo pública el centro explica que se contempla una excepción: “la clase de Religión”, y añade con sorna: “mientras ésta todavía exista”.

La cosa no acaba ahí, sino que la Junta prohíbe la celebración de cualquier tipo de actividad extraescolar relacionada con la Religión. Adiós belenes. Y ya veremos si la cosa sigue adelante y empezamos con la Semana Santa...

No parece casual que esta decisión llegue inmediatamente después de la Nota de los obispos andaluces en la que se critican ciertos aspectos del proyecto de reforma del Estatuto andaluz. Pero esta actitud de la Junta, que merece los peores calificativos, no puede hacernos perder de vista que éste no es en absoluto un hecho aislado, y no sólo –ni hasta ahora principalmente- en España.

Un progenitor A o B se siente ofendido en su sensibilidad porque sus hijos van a una escuela pública ¡donde hay crucifijos! Este señor/a A o señor/a B critica que se expongan en el espacio público, que es de todos, símbolos de una fe que, en su opinión y la de muchos, deben quedar relegados al ámbito de lo privado. Las ideas anticatólicas de esta persona, por el contrario, sí deben merecer todo el amparo de la Administración Pública, aunque sea a cambio de recortar derechos a los católicos.

El meollo del debate está en el artículo 16.3 de la Constitución: “Ninguna confesión tendrá carácter estatal”, que es en lo que se ampara la corriente de opinión laicista. Se olvida, sin embargo, que este artículo añade de inmediato: “Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española”. En este caso, lo que se ha tenido en cuenta son los prejuicios anticatólicos de un progenitor, que tendrá sin duda a otros padres de su lado, pero también a muchos otros en contra.

La aconfesionalidad del Estado, que tuvo en España su principal valedor en la Iglesia, se refiere a la no imposición de un credo –o una ideología, ojo- a los ciudadanos. Pero una lectura torticera pretende transmutar su significado en belicosidad hacia cualquier manifestación religiosa, o mejor dicho católica.

Es inevitable que la educación esté impregnada de una visión del mundo. La católica, además, proclama su universalidad. Y refútelo quien pueda, pero sepa que su pretensión de que todas las culturas y religiones son relativas será también universal. ¿Aceptamos entonces una cosmovisión sí y otra no en la escuela pública?

La educación es un terreno muy sensible en el que se reflejan los ataques contra la libertad religiosa de una ideología con pretensiones totalitarias. Varios altos cargos del Gobierno y del Partido Socialista encabezaron la última manifestación del Orgullo Gay junto a pancartas y manifestaciones absolutamente ofensivas hacia Cristo y hacia la Iglesia. No pasó nada. La libertad se antepuso al derecho al honor y a la propia imagen. ¿Pero qué hubiera sucedido si los millones de personas que salieron a las calles en defensa del matrimonio hubieran actuado recíprocamente?

La pregunta no es retórica. Estados Unidos, que suele marcar las tendencias de futuro del mundo entero, ha iniciado una peligrosa senda de recortes en la libertad religiosa, tal como expone un reciente artículo en The Weekly Standard. Un bibliotecario ha sido denunciado por recomendar un libro pro familia escrito por un senador, que, por lo visto, hirió la sensibilidad de algunos profesores. Y, como publicó en su día Análisis Digital, varias personas han sido despedidas de sus empresas por oponerse al llamado “matrimonio homosexual”. Varios expertos prevén que el tratamiento que merecerá la oposición a esas uniones será similar al que deparan hoy la sociedad y las leyes norteamericanas a las manifestaciones de racismo.

El panorama parece sombrío. Pero no debemos ser tremendistas. Tiempos ha habido mucho más difíciles. La Junta de Andalucía, que gustosamente daría por muerta la Religión (“…mientras ésta todavía exista”), debería recordar que eso dijeron otros no hace 10 ni 15 ni 50 años, sino –así, a ojo- 1.970 años.

"SOY HIJO DEL PUEBLO ALEMÁN Y TENÍA QUE VENIR"

"SOY HIJO DEL PUEBLO ALEMÁN Y TENÍA QUE VENIR"
Benedicto XVI condena el nazismo en Auschwitz e implora la reconciliación
Benedicto XVI, en el campo de concentración.
El Papa Benedicto XVI ha cerrado su visita a Polonia en los campos de concentración y exterminio de Auschwitz y Birkenau. Allí se ha presentado como el "hijo de aquel pueblo en el que un grupo de criminales alcanzó el poder mediante falsas promesas, en nombre de perspectivas de grandeza y de recuperación del honor de la nación y su relevancia". En ese escenario en el que murieron más de un millón de judíos, el Pontífice ha condenado el nazismo y ha implorado la reconciliación "con Dios, con los hombres que sufrieron y con todos los que actualmente sufren bajo el poder del odio y bajo la violencia fomentada por el odio".
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http://www.libertaddigital.com/noticias/noticia_1276280158.html

Dura crítica de los obispos al Estatuto de Andalucía

Dura crítica de los obispos al Estatuto de Andalucía
José Luis Restán
www.paginasdigital.com 25.05.06

Hace una semana, Benedicto XVI recordaba ante los obispos italianos que la distinción entre la Iglesia y el Estado forma parte de la estructura fundamental del cristianismo. La Iglesia no sólo reconoce y respeta esa distinción y autonomía, sino que la considera “un gran progreso de la humanidad” y una condición fundamental para el cumplimiento de su propia misión. A continuación, el Papa subrayaba que cuando la Iglesia recuerda algunos valores éticos fundamentales, no viola la laicidad del Estado, sino que contribuye a promover la dignidad de las personas y el bien común de la sociedad. Entre esos valores esenciales, que hoy se desdibujan en el debate político, destacan la defensa de la vida humana desde su concepción hasta su fin natural, el valor de la familia fundada sobre el matrimonio entre hombre y mujer, y la libertad de educación. Se trata de tres grandes asuntos sobre los que la Iglesia ni puede ni debe callar.

Los obispos de las diócesis andaluzas han emitido una nota amplia y bien articulada sobre el nuevo Estatuto de Autonomía que acaba de ser admitido a trámite por el Congreso, en la que alertan sobre los riesgos que amenazan a esos valores de la convivencia civil. En primer lugar denuncian el carácter fuertemente intervencionista del nuevo Estatuto, que tenderá a ahogar las iniciativas de los cuerpos intermedios de la sociedad civil. Esta denuncia tiene un significado especial en una región como Andalucía, donde el asistencialismo y la ocupación del espacio público por el poder político marcan claramente la vida cotidiana. La siguiente preocupación se refiere a la declaración de derechos y deberes, en tanto que puede amparar atentados muy graves contra la vida humana y porque no reconoce el valor único e insustituible de la familia de fundación matrimonial, que es equiparada con otras formas de convivencia.

Los obispos prestan una atención especial al capítulo educativo, denunciando el predominio absoluto que el Estatuto concede a la Administración y a la escuela de titularidad estatal. No es ningún secreto que la Junta de Andalucía practica una política de mano de hierro en la educación, impidiendo la ampliación de aulas concertadas a pesar de la demanda social. El temor es que el nuevo Estatuto consagre esta política nefasta para la libertad de de los padres. Por si fuera poco, el texto define a la enseñanza pública como “laica”, lo que puede conducir en la práctica a bloquear el ejercicio de la libertad religiosa en la escuela. En cuanto al patrimonio histórico y artístico de la Iglesia, los obispos temen que el Estatuto no respete adecuadamente la libertad de la propia Iglesia para gestionarlo conforme a su finalidad específicamente religiosa.

Hay un último punto que ha concentrado la atención de los medios, quizás porque es la primera ocasión en que un texto episcopal colectivo señala el riesgo que entraña una norma legal para la unidad de España. Los obispos andaluces consideran que la definición de Andalucía como “realidad nacional” relativiza ese “bien moral indudable” que es la unidad históricamente lograda de España como nación, y, en continuidad con lo afirmado por el capítulo V de la Instrucción Pastoral sobre el Terrorismo, sus causas y consecuencias, declaran que debilitar o quebrar esa unidad puede conducir a un daño de consecuencias imprevisibles.

Con este texto valiente y sistemático, los obispos han prestado un servicio a la convivencia civil partiendo de la Doctrina Social de la Iglesia. Sus argumentaciones son asequibles tanto para creyentes como para no creyentes, y los bienes que defienden constituyen un patrimonio de todos. Por eso, lejos de ser una injerencia, contribuye a la clarificación de un debate necesario. Como afirmaba Benedicto XVI en su encíclica Deus Caritas Est, la Iglesia no tiene la tarea de realizar un orden justo (eso corresponde al ámbito de la política) pero sí le corresponde la tarea de purificar la razón mediante la propuesta de su Doctrina Social y despertar las fuerzas morales y espirituales necesarias para la tarea política. Esta última es precisamente la invitación que lanzan los obispos a los católicos andaluces, para que no se ausenten de un debate que necesita su voz y su compromiso.

«El “Código Da Vinci” nos ha hecho más fuertes»

«El “Código Da Vinci” nos ha hecho más fuertes»

Monseñor Javier Echevarría: «La riqueza es una responsabilidad social, un instrumento para aliviar la miseria del mundo»

Vittorio Messori


http://www.larazon.es/noticias/noti_rel36964.htm



Monseñor Echevarría, prelado de la Obra

Roma- El hombre que tengo ante mí es obispo, y como tal, tiene derecho al título de «excelencia», no de «eminencia», reservado a los cardenales, pero que ha sido utilizado constantemente por Dan Brown. Un pequeño, pero significativo detalle de lo ajena que le resulta la Iglesia sobre la que jura haberse informado con rigor. El americano es, además, alguien para quien los numerarios del Opus Dei, orgullosamente laicos, al parecer son «monjes» y llevan una saya negra con capucha. Y no -como ocurre en la realidad- vestidos normales, similares a los de cualquier otro.
   En cualquier caso, el sacerdote con el que converso en su estudio lleva una simple vestidura talar negra y sólo quiere ser llamado «Padre». «Padre», le digo en consecuencia, «¿me permite ver su anillo episcopal?». Me mira sorprendido pero, afable como es, se lo quita. Lo examino; un ligero círculo de oro con una incrustación de coral y una Virgen con un Niño. Me vienen a la cabeza ciertas tiendecitas de Sorrento. Sacudo la cabeza. No. Él rehuye la masa de crédulos. Ni siquiera en esto se adecua a su contra-figura: Su Eminencia Manuel Aringarosa, Prelado del Opus Dei a la búsqueda, cueste lo que cueste -cuatro homicidios incluidos- de «El Código Da Vinci». Brown asegura que su anillo es -leo- «de oro macizo, constelado de amatistas y diamantes y con los emblemas de la mitra y el báculo».
   Monseñor Javier Echevarría, madrileño con ascendencia vasca,74 años y durante treinta secretario del fundador, Escrivá de Balaguer, y su segundo sucesor como Prelado de la «Sociedad de la Santa Cruz y del Opus Dei», sonríe: «Ese fantasioso señor nos ha aportado ganancias -y no sólo en dólares- mientras muchos otros nos agreden: según las enseñanzas de nuestro Padre, rezamos con el mismo fervor por quien nos alaba que por quien nos difama». «Naturalmente -le digo- usted conocerá bien el libro». «En absoluto, sólo lo he hojeado. No puedo perder el tiempo con novelitas para crédulos. Sin embargo, no la rechazamos por lo que dice sobre nosotros, son las típicas cosas que nos hacen sonreír. Lo que me duele de verdad son los delirios grotescos sobre Nuestro Señor y sobre nuestra Santa Madre Iglesia. Que digan lo que quieran sobre la Obra, pero que no blasfemen sobre la fe». El obispo sabe bien que, a requerimiento también de Leonardo Mondadori, que había vuelto a la fe junto a ellos, me dediqué un año entero a documentarme sobre el Opus y saqué un libro . Conozco, por tanto, la leyenda negra que los acompaña desde sus comienzos, pero le pregunto también a él lo mismo que le pregunté a su predecesor, Álvaro del Portillo, en cuyo proceso de beatificación he testimoniado.
   De retiro en Manhattan. «¿Por qué este encarnizamiento con el Opus Dei?» La respuesta es clara: «Porque se conoce nuestra fidelidad al Papa, a la Iglesia, nuestro rigor en cuanto a la ortodoxia de la fe. Se nos ataca a nosotros para atacar estas realidades: no somos más que la criatura hipócrita de una Iglesia católica que no puede dar más que frutos envenenados. Y además porque, cuando ya no se cree en el diablo, en el verdadero, se buscan otros imaginarios. La pérdida de la fe lleva siempre a la superstición...»
   Como todos los americanos, Brown gira siempre y sólo alrededor de los «States», parece como si creyera que hasta la sede central de la Prelatura no estuviera en este edificio de Monti Parioli sino en un rascacielos de Manhattan que le obsesiona, como prueba de la riqueza y del poder de la Obra. La réplica viene del portavoz, presente en el coloquio: «Nuestra vocación es llamar a cada hombre a santificarse a través del trabajo. No podíamos no echar raíces en la capital profesional del mundo, Nueva York. Teníamos una sede en la periferia, pero era difícil llegar hasta allí y, a petición de amigos y agregados, decidimos no sólo concentrar en la “City” las oficinas para toda América, sino construir allí una sede para los ejercicios espirituales, uno de las claves de nuestro apostolado. ¡El único lugar de retiro y de silencio en el corazón de Manhattan, una especie de monasterio metropolitano! Pero, con sus 17 pisos, el edificio no sólo es un “enano” al lado de los auténticos rascacielos que lo rodean, sino que, además, está construido en un área minúscula, un lugar donde antes había una gasolinera. La superficie del local equivale a un pequeño edificio de cuatro plantas». Brown precisa el coste: 47 millones de dólares. La respuesta del portavoz es inmediata: «En Roma, por iniciativa de nuestro miembros, se está construyendo un modernísimo policlínico, el Campus Bio-Médico, abierto a todo aquel que lo necesite. Las obras van a buen ritmo, el valor final rondará los 250 millones de euros. Siempre en Roma, desde hace cuarenta años gestionamos un gran centro profesional, el ELIS, del que han salido más de 10.000 jóvenes especializados. Jóvenes de barrio que, gracias al oficio que aprenden, son apreciados y pueden vivir bien».
   Más que dinero, generosidad. «En todo el mundo la gente del Opus Dei crea y se hace cargo de las más diversas obras sociales: centenares de millones de dólares que no provienen de la Obra -que está sólo al servicio de la formación espiritual- sino de la generosidad de los 85.000 hombres y mujeres que forman parte de ella y que viven el espíritu del fundador». Interviene el prelado: «Recuerdo que una vez San Josemaría fue a visitar al Papa Roncalli, que nos quería mucho. Paternalmente, le picó: “Monseñor, ¿es cierto que tienen ustedes bancos?” Respondió don Josemaría: “¡Falsedades, Santidad, por desgracia. Pero si los tuviéramos podríamos hacer mucho más bien del que ya intentamos hacer!”. Una respuesta en la que se encuentra una de las claves de la perspectiva del Opus Dei: la riqueza no como culpa o pecado por expiar, sino como responsabilidad social, como instrumento para aliviar la miseria del mundo».
   Transparencia. El 17 de mayo se cumplió el aniversario de la triunfal beatificación de Escrivá de Balaguer; y precisamente ese día «El Código Da Vinci» inauguró el festival de Cannes. Esa misma tarde, como única medida contra el estreno, la Prelatura abrió las puertas del centro ELIS, en el Tiburtino, a todo aquel que quisiera, para mostrar qué se hace y cómo se trabaja en realidad en la Obra. Que no ha dado, ni dará indicación alguna a sus miembros para que boicoteen el filme o los productos de la Sony. Me dicen: «Si alguien decide hacerlo, es cosa suya y de su libertad. Nosotros sólo recomendamos multiplicar el esfuerzo para recordar cuál es la verdad sobre los Evangelios y sobre la Iglesia». El embargo sobre la película ha sido total, pero algo se iba filtrando: se decía que -quizá por prudencia- la Sony, productora del film, habría borrado el nombre «Opus Dei», aludiendo sólo a una secta oscurantista no precisada. Sin embargo, sí que aparece la Obra con su nombre.
   Citando un refrán americano -«Transformar los limones en limonada»-, la Prelatura no sólo ha evitado toda polémica, sino que ha encontrado en la difamación una buena oportunidad. Las visitas a su página web (en España, «www.opusdei.es») son ya, en el mundo, unos tres millones al mes, además de los innumerables impactos en prensa y televisión. La estrategia de la transparencia («mostrar al Opus Dei como es, no polemizar con el cómo no es») está dando resultados sorprendentes, ampliando el número de amigos y simpatizantes.
   Una última, inédita noticia: en el famoso minirrascacielos de Nueva York, el responsable americano de la Obra y el de las Doubleday Editions anunciarán una reedición, de tirada elevadísima, de «The Way» (Camino). El librito que contiene las 999 máximas de San Josemaría Escrivá, el manual de formación espiritual para los discípulos de la fuente del Mal, según Brown. Pero, he aquí la sorpresa: Doubleday es la editora de «El Código Da Vinci». En el mismo catálogo se encontrarán, por tanto, «veneno» y «antídoto», cada uno podrá comparar y juzgar. Como me repetía monseñor Javier Echevarría, «para nosotros, que creemos en la Providencia, no hay mal que por bien no venga...» .
Se puede ver también el blog

Polonia espera a Benedicto XVI

Polonia espera a Benedicto XVI

Firmante: Higinio Paterna
24-05-2006
W28/06

http://www.aceprensa.com/art.cgi?articulo=12595

Poco más de un año después del fallecimiento de Juan Pablo II, Polonia recibe a Benedicto XVI, que estará allí del 25 al 28 de mayo. Las visitas de Juan Pablo II aceleraron la caída del comunismo y conmovieron siempre a sus conciudadanos. Ahora un Papa alemán sigue sus pasos. ¿Cómo será recibido?


Varsovia. Benedicto XVI encontrará el terreno bien abonado para su predicación, y no sólo porque durante los últimos meses en las iglesias se ha animado a los fieles por activa y por pasiva a tomar parte en los encuentros con el Santo Padre. Las jornadas siguientes al fallecimiento de Juan Pablo II pasaron al habla popular polaca con el nombre de "retiro nacional". Para Polonia el tiempo se detuvo: en las normalmente ruidosas calles de Varsovia no se oía ni un claxon y nadie parecía tener prisa; los canales de televisión sólo transmitían información desde el Vaticano o reportajes sobre el Papa difunto, olvidados de los anuncios durante el periodo de luto; tuvieron lugar infinidad de actos litúrgicos, y se formaban interminables colas de fieles esperando su turno para confesar...

¿Qué ha quedado de este impulso en la vida cotidiana de los polacos? Según datos del Instituto de Estadística de la Iglesia Católica, en 2005 el índice de polacos que participaron en la Misa dominical pasó del 43% al 45%, y un 16% recibe la Comunión, lo que supone un crecimiento del 1%. Sin embargo, tanto sociólogos como representantes de la Iglesia no ven los acontecimientos del pasado año como flor de un día y asumen que no tiene por qué reflejarse sólo en cifras. Según el sacerdote Witold Zdaniewicz, jefe del Instituto, la influencia de los acontecimientos del pasado año habría que buscarlas en otros índices de religiosidad: en una vivencia más profunda de la Santa Misa, en la confesión más frecuente, en la aceptación más plena de las exigencias morales y en las vocaciones. Polonia sigue siendo uno de los pueblos europeos con más religiosos. Los resultados de las estadísticas confirman que no se han cumplido las predicciones de los sociólogos que auguraban una progresiva descristianización del país después de la caída del régimen comunista en 1989.

En cualquier caso, los polacos acompañarán en gran número a Benedicto XVI, especialmente en los encuentros que se celebrarán en Varsovia y Cracovia. Se dan cuenta del lugar privilegiado que ocupan en la mente del Santo Padre desde el inicio de su pontificado, lo que se manifiesta, por ejemplo, en el enorme esfuerzo que supone estudiar el idioma polaco o en decisiones como la de nombrar arzobispo de Cracovia a monseñor Dziwisz, secretario personal de Juan Pablo II. Se nota cada domingo, cuando saluda a los fieles polacos presentes en la plaza de san Pedro durante el rezo del Angelus y también en la deferencia mostrada hacia la ciudad natal de Juan Pablo II, Wadowice, que también visitará en este viaje.

La nueva escena política

La escena política polaca ha sido escenario de profundos e inesperados cambios desde las elecciones generales de septiembre de 2005. El cuatrienio de gobierno del partido socialista SLD estuvo sembrado de escándalos de corrupción que redujeron su apoyo electoral al 11% de los votos.

Esto no extrañó a casi nadie en Polonia. Hacía meses que los partidos Plataforma Ciudadana, de corte liberal, y Ley y Justicia, de carácter más conservador en su programa social y con un marcado intervencionismo estatal en lo económico, se preparaban para formar un gobierno de coalición de centro-derecha. Pero aunque la Plataforma mandaba en intención de voto, la sorprendente victoria de Ley y Justicia modificó radicalmente el panorama político del país.

Tras la victoria, Jaroslaw Kaczynski, cabeza de Ley y Justicia, se negó a ocupar el cargo de primer ministro con objeto de no privar a su hermano gemelo Lech de opciones en las elecciones a la presidencia. Para la jefatura del nuevo gobierno fue designado Kazimierz Marcinkiewicz, político hasta entonces casi desconocido. Este gesto fue recibido en la Plataforma con recelo. Imperaba en sus filas el convencimiento de que el nuevo primer ministro sería en realidad un títere en manos de los hermanos Kaczynski. La desconfianza mutua de los dos partidos más votados no haría sino crecer, al igual que la dureza de los ataques verbales entre los aspirantes a la presidencia del país, Lech Kaczynski y el liberal Donad Tus.

En el último envite, de nuevo contra lo pronosticado, triunfó Lech Kaczynski con el 54% de los votos. Se han escrito ríos de tinta sobre la enorme influencia del apoyo a Ley y Justicia por parte de Radio María, la emisora dirigida por el sacerdote redentorista Tadeusz Rydzyk. Pero no deja de ser curioso que se recrimine al nuevo gobierno ser creación de un canal que no suele pasar del 2,5% de la audiencia, y ésta compuesta en su mayor parte por oyentes de más de 62 años de media y con formación elemental. Sin embargo, eso es lo que ha ocurrido en Polonia, y el principal partido en el poder poco hace para evitar dar esa imagen, otorgando en ocasiones a Radio María un trato preferencial frente a otros medios de comunicación.

Las declaraciones euroescépticas y cercanas al nacionalismo o al antisemitismo de la estación, así como su tono, que a veces parece querer ligar a los católicos con una determinada opción política, hacen que el gobierno al que apoya sea fácil blanco de críticas. Por otro lado, su actitud contrasta con el comportamiento de la Iglesia polaca durante las elecciones, que dio únicamente los criterios morales indispensables y que ha sido durante estos últimos meses una de las pocas voces que ha exhortado al entendimiento entre los políticos en aras del bien común de la nación.

Coalición de hecho

Tras el fiasco definitivo de las negociaciones de coalición con Plataforma Cívica, Ley y Justicia se decidió por una solución que auguraba no pocas dificultades: gobernar el país en minoría buscando el apoyo ad hoc de las diferentes fracciones parlamentarias. Pronto se vio lo problemático de la situación, que se calmó ligeramente cuando Ley y Justicia firmó el 19 de enero un pacto de estabilidad con el partido campesino Autodefensa (Samoobrona) y la Liga de las Familias Polacas (Liga Polskich Rodzin). Se especulaba entonces que podía ser el preludio de una alianza con mayoría parlamentaria de carácter muy distinto a la que se planteaba antes de las elecciones con la más liberal Plataforma. Efectivamente, a pesar de que los tres partidos firmantes no tardaron en romper el acuerdo, han terminado por convertirse en una coalición con el subsiguiente reparto de carteras ministeriales. Tanto en Polonia como en el extranjero no han faltado voces de alarma tras la llegada al poder de estos dos nuevos grupos, ambos euroescépticos y dirigidos por líderes carismáticos cuyas relaciones con los medios de comunicación no son precisamente buenas.

Podría decirse que los últimos siete meses han sido una verdadera campaña electoral, siempre con la perspectiva de que el nuevo presidente podría convocar nuevas elecciones. Así las cosas, no es de extrañar que en el Parlamento hubiera abundancia de retórica y poco trabajo concreto. Quizá sea precisamente la mucha oratoria moralizante sobre la necesidad de una renovación de las instituciones y de la República la que pueda pasar factura al gobierno y a Ley y Justicia, sobre todo si se tiene en cuenta que entre los dirigentes de sus nuevos socios de Autodefensa se encuentran personas con condenas pendientes de cumplir en cuanto caduque el periodo de inmunidad parlamentaria.

La economía marcha

Entre las primeras leyes aprobadas por el Parlamento se encuentra una que dispone ayudas económicas cercanas a los 300 euros para mujeres que se decidan a dar a luz. El propio gobierno afirma que esta medida es un gesto simbólico que muestra el interés del gobierno por la familia, aunque no puede destinar de momento ayudas más considerables por lo apretado del presupuesto. Efectivamente, el Ejecutivo polaco debe hacer frente a serios problemas económicos que no ha sabido resolver ninguno de sus antecesores: la financiación del sistema público de seguridad social y el enorme agujero presupuestario.

Las convulsiones de la política interna no han afectado mucho a la economía polaca, aunque el PIB aumentó sólo en un 3,4%, una de las cifras más bajas de los últimos años. El índice de desempleo descendió a lo largo de 2005 del 19,4% al 17,3%. Si bien es cierto que se crearon numerosos puestos de trabajo en el país, sobre todo por parte de la empresa privada, la mejora está también relacionada con la emigración masiva de habitantes de las regiones más deprimidas de Polonia hacia países de la Unión Europea donde pueden trabajar libremente. Irlanda y Gran Bretaña, especialmente, han recibido con los brazos abiertos a inmigrantes que rinden bien y se adaptan al nuevo medio con facilidad.

Rusia, el vecino incómodo

Tampoco se esperan virajes significativos en la política exterior del país. Se notará sin duda una mayor firmeza a la hora de defender en Bruselas los intereses económicos polacos, o un menor interés en entrar en la zona euro. Pero el euroescepticismo de Ley y Justicia, tan moderado que ya es casi inexistente, no tendrá desde luego manifestaciones radicales.

Y es que si en algo han coincidido los partidos políticos en los últimos tiempos ha sido en su compromiso de lograr el mayor relieve posible de Polonia en el exterior. No se trata sólo de pragmatismo: el entusiasta respaldo polaco a la "revolución naranja" ucraniana o el apoyo también generalizado a los disidentes bielorrusos son índices del gran interés con que la sociedad polaca sigue los acontecimientos políticos de los países de la zona. Puede decirse con propiedad que en ambos casos fue la determinación polaca la que llevó a la Unión Europea a prestar atención a los hechos, superando el miedo a herir la sensibilidad del Kremlin.

Es Rusia, por otra parte, el vecino más problemático para Polonia –sentimiento recíproco, puesto que Rusia la considera representante de los proyectos de los Estados Unidos en Europa Centro-Oriental. En las últimas semanas, a los conflictos ya existentes se ha sumado el plan de construcción de un gasoducto en el mar Báltico entre Rusia y Alemania, que hipotéticamente podría hacer peligrar la seguridad energética de Polonia. La reacción polaca no se ha hecho esperar y los términos empleados tanto por diplomáticos como por el ministro de Defensa han sido contundentes.

Definitivamente, quedan atrás los tiempos en que eran otros los que dirigían la política a orillas del Vístula.

“Profesionales por la Ética” denuncia que el Título I del Estatut “desconoce la libertad de ser educado en castellano”

“Profesionales por la Ética” denuncia que el Título I del Estatut “desconoce la libertad de ser educado en castellano”

http://www.analisisdigital.com/Noticias/Noticia.asp?id=12180&idNodo=-3
 
Redaccion - 23/05/2006
El servicio de Estudios de “Profesionales por la Ética” ha publicado un Informe sobre el Título I del Estatuto de Cataluña, el correspondiente a los Derechos y Deberes de los ciudadanos


En el Título I no hay referencia en todo el articulado a la libertad de enseñanza. “Profesionales por la Ética” recuerda en el informe que la Constitución Española establece que “los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones”. En este sentido, critican que en un sistema basado en el ‘pluralismo’ y la ‘libertad’ las instituciones públicas “han de ser neutrales”. Sin embargo, califican el Estatuto de Autonomía catalán, recientemente aprobado en Madrid y que será sometido a referéndum el próximo mes de junio de “intervencionista y marcadamente ideologizado”.

Los centros públicos en Cataluña vulneran precisamente el derecho de los padres a que sus hijos reciban la enseñanza según sus propias convicciones morales y religiosas. “El Estatuto desconoce la libertad de ser educado en castellano”. Así, el informe constata que aun cuando el 75% de los alumnos de un curso tuvieran como lengua materna el castellano no pueden tener un grupo separado para ser escolarizados en esta lengua. lo que en realidad está haciendo este precepto es prohibir que haya grupos de alumnos diferenciados por su lengua para permitir la escolarización.

Otro apartado que cabe destacar es el que hace referencia a la familia, “elemento fundamental de la sociedad”. En el Estatuto se equipara al matrimonio verdadero, que es la unión de un hombre y una mujer, a otras uniones por lo que “no garantizan la continuidad y estabilidad de la sociedad”.

Además, “bajo la excusa de promover la igualdad, se esconde la posibilidad de limitar la libertad de conciencia y de expresión” porque, entre otras cuestiones, “trata de garantizar el respeto a las convicciones religiosas de todos los ciudadanos”, al tiempo que “contribuye a crear las condiciones adecuadas para el pleno ejercicio de dicho derecho”. También, se está imponiendo el feminismo como criterio “rector” de las políticas públicas.

Finalmente, “Profesionales por la Ética” critica que “el nuevo Estatuto de Autonomía impone un modelo de sociedad incompatible con las convicciones de una parte importante de la sociedad catalana”.